Mariano Canfranc

06/08/2016 - 09:59 Pedro Villaverde Embid

En la ciudad en la que el arte se hace piedra y la piedra arte, Mariano Canfranc es como la guinda al pastel.

Uno de los pocos, tal vez el único, taller de cincelado que existe en España está ubicado en la calle Seminario 12 de Sigüenza. Este apunte sería suficiente para visitar el lugar y querer conocer un poco más sobre esta vertiente artística y el hombre que ejerce el oficio. En una ciudad en la que el arte se hace piedra y la piedra arte, en la que cada rincón tiene algo bello que admirar, Mariano Canfranc  Lucea, un seguntino enamorado de su tierra y de sus gentes, es como la guinda al pastel o el broche de oro. Es difícil hablar de Mariano, el genio, el personaje que este sábado pregonará las fiestas de la ciudad que le vio nacer en 1947, sin estar condicionado por la amistad  que de siempre nos une. De su arte podemos decir solo que nos fascina, pues ni somos críticos ni sabríamos entrar en valoraciones técnicas, pero si recordar aquello de que ‘algo tiene el agua cuando se la bendice’ y la crítica es unánime. Pero del Mariano hombre, el que está detrás de cada martillazo, del cincel, hay mucho que resaltar. Es persona de aparente timidez, sincera sonrisa, bonhomía, carácter bromista y divertido, modesto, amable, cercano, detallista, sensible, agradecido con quienes le han ayudado, alguien en quien se puede confiar por su honestidad e integridad. Su obra, extensa y reconocida, es su legado para la humanidad. La pena es que este oficio, como muchos exigente, duro y muy laborioso, pero artesanal y de gran valor, termine desapareciendo porque nadie, sea una administración o un emprendedor, hayan creado una escuela, una academia, un lugar donde enseñar a los jóvenes, algo que sin apoyo  no puede impulsar solo Mariano. Nunca es tarde mientras queda vida y no perdemos la esperanza en que surja el proyecto. A Canfranc, que quiere iniciar una nueva etapa en su arte, en continua evolución- ahora hacia el cubismo y lo abstracto, nos dice-, le queda todavía mucho por dar. De momento disfrutemos del pregón, todo un homenaje de Sigüenza a su trayectoria, de su chispa y compañía, de sus cuadros y genialidad. Enhorabuena por ser profeta en tu tierra donde solo se escuchan halagos y parabienes a tu persona y a tu obra. Has vencido a la mismísima envidia que no suele perdonar a quienes destacan, pero es que nadie podría no quererte y admirarte. Felices fiestas a los seguntinos.