Menos movilidad, más test de diagnóstico
La lucha se intensifica mientras se llega a la cresta de la ola.
Comienza la tercera semana de estado de alarma en el conjunto del país muy cerca de alcanzar el pico más alto de la curva de contagios y lo hace con una reducción de la movilidad de los ciudadanos al quedarse en casa desde este lunes los trabajadores de actividades no esenciales y con la realización de un mayor número de test rápidos que en la región han comenzado a distribuirse ya tras su validación. Estas pruebas permitirán detectar en quince minutos a personas afectadas y así aislarlas evitando la transmisión de la pandemia, mismo objetivo que tiene el endurecimiento del confinamiento. Frenar los contagios, estabilizar la enfermedad para aliviar la presión sobre las UCIS es la estrategia, no puede ser otra, para combatir un mal ya extendido por todo el mundo y considerado como la peor amenaza para la humanidad desde la gripe de 1918. En Guadalajara, donde este sábado falleció el primer paciente que ingresó con la enfermedad, se ha conseguido quitar el respirador ya a cuatro personas, aumenta el número de curados y se ralentiza el de contagiados, es decir que en número son menos casos cada día respecto a los anteriores, dato que aunque pareciese no servir de consuelo, es el indicador de reversión esperado para pasar a una segunda fase de estabilización y una posterior de progresiva reducción. Bravo por nuestros profesionales. El reparto de más mascarillas y elementos de protección para evitar contagios, principalmente del personal sanitario, es otro de los caballos de batalla en el que se avanza después de los problemas en su adquisición, con idéntica finalidad. La lucha se intensifica mientras se llega a la cresta de la ola y las administraciones, en la provincia, lo hacen escenificando unidad de decisión en sus plenos online con declaraciones institucionales, pasos adelante en la tramitación de sus presupuestos o retrasos en el cobro de impuestos para ayudar económicamente a las familias. La ola de solidaridad de empresas, colectivos y particulares continúa con nuevas iniciativas. El dolor llega por la muerte de ochenta personas que en una provincia pequeña son muchas y conocidas, a las que sumar las fallecidas en Madrid pero que son de nuestros pueblos e incrementan esta lúgubre estadística, sin quedar contabilizadas, y seguirán, por desgracia, en aumento. Resistencia, sacrificio, aislamiento y apoyo a los que están en primera línea para días intensos en los que empezaremos a ganar el pulso al Covid-19.