Mi escuela reconstruida

23/03/2018 - 12:21 Luis Monje Ciruelo

Finalizada la reconstrucción del edificio municipal de mi Palazuelos natal.

He elegido este tema al leer en nuestro periódico del lunes que ha terminado la primera fase de reconstrucción del edificio municipal de mi Palazuelos familiar, que no era sólo Ayuntamiento sino escuela de niños, teleclub, salón vecinal, ¡Ah¡ y se me olvidaba que en la planta semisótano el Ayuntamiento  construyó durante la guerra  un retrete, excusado, o como quieran llamarlo, sin baño ni ducha, al servicio del general Mancini, el jefe de la división de Voluntarios italianos que  participó en la batalla de Brihuega. Para llegar a él desde la planta principal, donde dormía, tenía que bajar tres pisos, lo que le crearía problemas en caso de apuro. La noticia y fotos del edificio reconstruído tan rápidamente (en algo se había de notar que el alcalde de Palazuelos es el de Sigüenza, José Manuel Latre, presidente de la Diputación) me ha hecho volver a verme de doce años, alumno de la Escuela de Niños de Palazuelos durante la guerra, y como maestro al párroco don Aurelio García Martínez, que luego fue en los años cincuenta párroco y Arcipreste de San Nicolás, de Guadalajara. Era un gran orador, de lo que no me di cuenta en Palazuelos, y alguna clase nos dio en el pueblo con el uniforme de Alférez Provisional de Infantería, graduación que se daba a todos los sacerdotes que se incorporaban como Páter al Ejército Nacional. En las ventanas que dan a la plaza, fachada que es muralla, recuerdo que nos sentábamos a charlar y cantar los chicos en los días de fiesta, al atardecer, de regreso de los interminables partidos de fútbol que jugábamos en las eras, sin árbitro ni porterías, que señalábamos con las chaquetas. Allí cantábamos las canciones republicanas que se cantaban en Madrid, hasta que llegaron las tropas nacionales y aprendimos canciones de las Guerras Carlistas y modernas de los requetés, el Oriamendi, el Cara al Sol de los falangistas, y el ¡Carrasclás¡ de todos. Aún me vienen a la memoria, ochenta años después, las canciones carlistas: “Cálzame las alpargatas/ dame la boina,/ dame el fusil/, que voy a matar más “guiris”(bis)/ que flores tienen mayo y abril/ ¡Que yo me voy./que yo me voy a la facción¿. / a defender a Don Carlos/ y a la Santa Tradición”.  Otra canción era: “No llores, madre no llores/ porque tus hijos a la guerra van/a la guerra van/ ,Si el cuerpo muere, Si el cuerpo muere/ el alma va a la Eternidad, la Eternidad”  /“Voluntarios, a las armas, a las armas  a luchar/por nuestra fé/,moriremos en defensa de Dios. la Patria y el Rey”.