Mientras ellas y ellos se miran el ombligo
El miedo que tienen los políticos a que la ciudadanía se desencante de ellos y deje de creer en la política, no tiene razón de ser, no deben tener miedo, sino certeza.
Mientras ellas y ellos, políticos de todo partido y geografía, se siguen mirando el ombligo en su lógica de alianzas, condicionantes, chantajes, ofertas y arrogancias. Mientras la formación de gobierno en España pareció convertido en un “GIFT” de WhatsApp sin fin y repetitivo por fin resuelto ; el mundo sigue, la vida sigue, las guerras siguen, el cambio climático continua inexorable, el paro sigue, la explotación laboral aumenta, la burbuja inmobiliaria ya revienta y la corrupción campea y campea por doquier. Pero los políticos están preocupados en lo suyo, dicen que para ocuparse luego de lo nuestro, que es todo lo anterior; pero el momento nunca llega.
El miedo que tienen los políticos a que la ciudadanía se desencante de ellos y deje de creer en la política, no tiene razón de ser, no deben tener miedo, sino certeza; la ciudadanía de a pie, los que hacemos país, los que sufrimos al Estado y sus estructuras anquilosadas y depredadoras, estamos hasta la coronilla de la falta de responsabilidad política, y de la deformación de autoculto político que los políticos profesionales han establecido como patrón de la sociedad.
La vida con sus problemas y sus alegrías continúa, y la estupidez institucional se manifiesta con solemnidad en estas fiestas de Navidad: esferas luminosas gigantes, sin significado alguno, se exhiben en ciudades de todo el país; gastos desproporcionados, sin sentido, sin finalidad social, solo exhibicionismo de instituciones y políticos desconectadas de la realidad social.
Pasó la Navidad, pasó año viejo, y con el año nuevo se esperó que los Reyes Magos trajesen lo que la justicia no trajo, y volverá la cuesta de enero, y la realidad tras el deslumbre de estas fiestas.