Mose Sem Tob de León


Rabino y filósofo sefardí nació en Guadalajara en 1240 y fue el judio más importante de la historia de nuestra ciudad.

La historia de una ciudad son los cimientos en los que se fundamenta la existencia de la misma, cuanto más se conozca de ella, cuanto más profundos sean los conocimientos de los hechos y de los personajes que los protagonizaron mayor será su fortaleza y mas sólida su identidad .
    Por ello en mayo del año 2003 ubiqué en el Paseo del Dr. Fernández Iparraguirre el busto de bronce sobre pedestal de nueve personajes, esculturas realizadas por el artista catalán Luis Sanguino (1934), que son jalones de nuestra historia a través de los mas de dos mil años de existencia de nuestra ciudad.
    Para que los guadalajareños y quienes vengan a visitarnos conozcan a quienes nos precedieron  y trabajaron por hacer una Guadalajara mejor, por llevar su nombre lejos de nuestras fronteras y que ocupemos el lugar destacado en la historia de España que sin duda nos corresponde y nos merecemos.
    Comenzando por Izraq abn Muntil, primer Wali (gobernador) árabe de Guadalajara  del siglo IX y terminando con el busto del Premio Nóbel de Literatura de 1989 Camilo José Cela (1996-2002).
    Nueve personajes que pasan a ser componentes de un  “salón de la fama de nuestra ciudad”,  que puede y debe ser ampliado en el futuro, en el que están todos los que son, Alvar Fáñez de Minaya (1047-114) ; Mose ben Sem Tob de León (1240-1305); El Marqués de Santillana (1398-1458); Nuño Beltrán de Guzmán (1490-1544); Francisco Fernández Iparraguirre (1852-1899); la Condesa de la Vega del Pozo (1852-1916) y Antonio Buero Vallejo (1916-2000), pero faltan muchos, algunos tienen ya su propio espacio en la ciudad con estatuas dedicadas a ellos; El Cardenal Mendoza (1428-1495), El Conde de Romanones (1886-1950) ; Tomas Camarillo (1879-1954); Francisco Layna Serrano (1893-1971); Mariano Barberán (1895-1932), José Antonio Ochaita (1905-1973) y otros muchos figuran en nuestro callejero Miguel Fluiters, Salvador Embid, Benito Hernando, Doctor Mayoral, Doctor Creus,Pedro Sanz Vázquez, Francisco Aritio, Ingeniero Mariño, José Pradillo, Juan Diges Antón, Luis de Lucena, Marcelino Martín, Luis Cordavias, Salvador Toquero...
    Uno de ellos como he señalado fue Mose ben Sem Tob de León, rabino y filosofo sefardí, nacido en nuestra Guadalajara en 1240 y fallecido en Arévalo en 1305, en una ciudad en la que como en Toledo, Córdoba y muchas más de la península, convivieron las tres culturas: cristiana, árabe y judía, en Guadalajara  éstos, asentados  fuera de las murallas en el llamado Castil de Judíos y más tarde  entre las actuales calles de Ingeniero Mariño, Miguel Fluiters y Doctor Benito Hernando, donde se encuentra la más significativa de la relación con ellos, la calle de la Sinagoga.
    El judío más importante de la historia de nuestra ciudad es sin duda, Mose  ben Sem Tob de León, también conocido por Moisés de Guadalajara. Escribía en lengua castellana, en ladino que era la lengua religiosa de los Sefardíes (procedente de Sefarad, nombre con el que los hebreos designaban a la Península Ibérica en la que vivieron desde el siglo VII a.de C. en el que existen vestigios de ello, hasta que en 1492 fueron expulsados cerca de cien mil, de una población española de poco más de cinco millones de habitantes, en la actualidad existen más de dos millones de sefardíes en el mundo, una gran parte en Israel, pero también en Francia, Estados Unidos, Turquía y Argentina. En el año 1982 les fue concedida  la nacionalidad española con determinadas condiciones que fueron simplificadas en 2015).
    Mose  ben Sem Tob, a los veinticuatro años, leyó  la obra “Guía de los Perplejos” del médico, rabino y teólogo judío- cordobés Maimonides (1138-1204) y se dedicó a defender la doctrina cabalística, la Cábala, una doctrina de disciplina y escuela de pensamiento esotérico(es decir de conocimientos, ritos, técnicas o tradiciones que utilizan símbolos de difícil acceso y que se transmiten a una selecta clase denominados iniciados) relacionada con el judaísmo, que  entra en los sentidos recónditos de la Torá, libro sagrado de los judíos, equivalente al que los cristianos denominan Pentateuco y que representa los cinco primeros libros de la Biblia.
    La Cábala intenta explicar la relación entre un infinito que es inmutable, eterno y misterioso y el universo perecedero y finito creado por Dios. Hasta veinticuatro escritos escribió Mose ben Sem Tob sobre La Cábala, buscando la difusión de la misma, pero el más importante fue el  Sefer ha -Zohar, el Libro del Esplendor, terminado en 1286 y considerado el libro central de la doctrina cabalística, la Biblia de La Cábala, basado en un manuscrito del siglo II de Shimon bar Yojai. En ella analiza los textos bíblicos e incluye una discusión sobre la naturaleza de Dios, el origen del Universo, la salvación de las almas, la redención y la relación entre el hombre y la luz de Dios, escrito en arameo (lengua semítica, afroasiática emparentada con el hebreo).
    Hubo también en Guadalajara otros importantes personajes judíos, el escritor Samuel Matut, el médico Yussuf Camanón, Mosè Arragel, el cirujano Huda Correr…
    Mediante un decreto de los Reyes Católicos de fecha 31 de marzo de 1492, miles de judíos sefardíes fueron expulsados de España, manteniendo sus tradiciones y la lengua castellana a lo largo de los siglos en las tierras en las que se establecieron. Aquí en Guadalajara nos quedó el recuerdo de Mosè ben Sem Tob de León que con toda justicia ocupa un lugar destacado en la historia de nuestra ciudad.