Mucho continente pero poco contenido en la gestión de Román
24/02/2011 - 00:00
Año 2003: el PSOE entra a gobernar en el Ayuntamiento de Guadalajara y se encuentra con una institución en quiebra técnica con más de 14 millones de euros de déficit resultado de la mala gestión económica del equipo de gobierno del PP que le había antecedido. Ante esta situación, el equipo de gobierno socialista no tuvo más salida que aplicar un riguroso plan de saneamiento económico y financiero para hacer frente a esta grave situación, con duros recortes en los gastos.
Año 2007: Antonio Román accede al gobierno municipal y se encuentra con una economía saneada y un remanente positivo de tesorería de más de 4,5 millones de euros. A ese dinero, procedente de la buena gestión del gobierno del PSOE, se sumarían más tarde 24 millones de euros que el PP recibió del Plan Zapatero para obras en la ciudad.
Estas son dos situaciones muy distintas producidas en pocos años en la misma ciudad. Dos situaciones afrontadas por dos gobiernos muy distintos, uno el socialista que hizo una gestión impecable con obras por los barrios y una mejora palpable de la calidad de vida en Guadalajara y otro, el del Partido Popular de Antonio Román, que se dedica a vender y a presumir de una gestión que no existe y a la que, cuando se le quita la cáscara, aparece hueca.
Eso es lo que ha ocurrido con un folleto que el Alcalde de Guadalajara ha buzoneado por toda la ciudad pagado, por cierto, con dinero de todos nosotros, los ciudadanos. En él se dedica a alardear de su gestión económica y de la única medida que ha tomado en materia fiscal para beneficiar a los ciudadanos: el fraccionamiento del IBI en dos plazos y sin intereses.
Pues bien, esta medida no es una idea suya, ha sido una propuesta que el Grupo Municipal Socialista viene haciendo desde el año 2007 y de forma reiterada al equipo de gobierno. Ha sido después de tres años y en período electoral cuando por fin el señor Antonio Román ha atendido nuestra propuesta y se ha decidido a ponerla en marcha. Lo celebramos.
Pero en una situación actual, con superávit en el Ayuntamiento de Guadalajara y con una grave crisis económica, Antonio Román no debía haberse quedado ahí, debería haber hecho algo más. Y lo ha hecho. Ha subido los tributos municipales, faltando a la palabra dada, engañando a los ciudadanos e incumpliendo su programa electoral en el que se comprometía a reducir impuestos. Y no sólo no los ha reducido si no que los ha subido considerablemente: el alcantarillado el 30,78%, el agua el 18,46%, la basura el 20,41% y el IBI el 12%, además del resto de impuestos y tasas que han subido una media del 9,1%.
Y también ha hecho otra cosa más grave aún: ha privatizado la gestión del agua, ingresando en sus cuentas 15 millones de euros que Antonio Román se ha gastado íntegramente en pavimentar la zona centro, dejándola como un mausoleo. Pero esto no nos va a salir gratis a los ciudadanos que veremos cómo después de las elecciones se produce un incremento estimado del 30% en el precio del agua. Esta es la engañifa del Alcalde y de sus concejales que aseguraban que la privatización no supondría ningún incremento en el recibo.
No es verdad que haya habido austeridad, pues el gasto en Ferias y Fiestas, atenciones protocolarias, publicidad y propaganda se ha ido incrementando cada año casi un 20%, alcanzando cifras millonarias.
Antonio Román ha vivido de las rentas del anterior equipo de gobierno y del Plan Zapatero que le ha posibilitado una inversión de 24 millones de euros sin los cuales, poco o nada se hubiera hecho durante este mandato en Guadalajara. Porque si una cosa nos ha dejado clara este Alcalde es que ideas, no tiene ni una para nuestra ciudad. Aunque eso, los ciudadanos ya lo saben.
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