Muy desconcertados

18/02/2018 - 12:33 Pedro Villaverde Martínez

Nos encontramos últimamente con situaciones o expositores de ideas que pueden hacernos sentir desconcertados, aunque la esperanza de que la verdad acabe imponiéndose sea lo que toque.

Si cierto es aquello de que cada día trae su afán…y podríamos decir que hasta sus sorpresas, no parece que exageremos mucho si afirmamos que el desconcierto es uno y no el único de los efectos que muchos pueden ver o sentir cuando escuchan o ven unas y otras noticias. Suponemos que esta sensación de valer esto y lo contrario lo habrán sentido muchos cuando escuchan explicaciones sobre temas que son de relevancia en el acontecer político. Uno se acuerda de aquello que contaban, no sin gracia…de aquel orador que tras haber intentado explicar una cuestión con gran habilidad, se dirigió a quienes le escuchaban para decirles si querían que les demostrase con la misma rotundidad todo lo contrario. Esto, amigos, que parece de chiste o humorada, suele darse en lo político con demasiada frecuencia. A nosotros nos ha dado esa sensación más de una vez cuando escuchamos a unos y otros políticos como si el arte de la política consistiera en engañar o al menos confundir o como titulamos estas líneas desconcertar. Puede que la línea que separa a una cosa de otra pueda parecer difuminarse en algunas cuestiones, pero en otras es casi de tomadura de pelo intentarlo al menos. Y en estas parece que nos encontremos en muchas de las actuales situaciones… Y hablar claro no es tan difícil. Aquí parece bueno aquello de confundir y desconcertar para que la verdad no sea lo que resplandezca. Por eso algún filósofo de la antigüedad debió de exclamar aquello de que “La verdad no existe y si existe no hay quien llegue  a comprenderla y si alguno la comprendiera no podría transmitírsela a otros”… ¡qué pesimismo más exagerado! Perdonad, amigos lectores, estas confusas disquisiciones que podrían ser fácilmente rebatibles, pero repetimos que nos encontramos últimamente con situaciones o expositores de ideas que pueden hacernos sentir así o más desconcertados, aunque la esperanza de que la verdad acabe imponiéndose sea lo que toque. De esto ya hemos escrito, pero es que parece venir como anillo al dedo con la situación que tenemos en cuestión ahora mismo con el tema de Cataluña. Que la suerte nos acompañe para que no se quiebre la tan necesaria convivencia. Y si exageramos tomarlo como una figura literaria.