Nada de elecciones

03/09/2016 - 17:59 Pedro Villaverde Embid

Nuestro optimismo nos impide contemplar la opción de unas terceras elecciones, máxime cuando queda tiempo y algunas balas en la recámara.

Más sabe el diablo por viejo que por diablo, dice nuestro refranero, como alabanza a la experiencia que da la senectud y lo mucho vivido, aunque en este caso deseamos que se equivoque en su análisis nuestro veterano compañero, el periodista, abogado y escritor, Luis Monje Ciruelo, que ya dijo, y acertó, que habría unas segundas elecciones en España y que lleva tiempo escribiendo, ante la cerrazón del actual líder socialista, que se llegará a unas terceras elecciones, preguntándose con ironía si no serían estas las últimas. Es la opinión de un hombre que fue el primer jefe de prensa del gobierno preautonómico de Castilla-La Mancha, corresponsal de las distintas agencias de prensa españolas en Guadalajara, subdirector del periódico Nueva Alcarria durante años y colaborador del mismo desde hace ya 75 años, más de dos vidas. Salvo sorpresa hoy viernes, lo cierto es que el segundo intento de investidura tras el fracaso de Sánchez lleva el mismo camino. Todo parece indicar que Mariano Rajoy no conseguirá el respaldo necesario de la Cámara y tendrá que conformarse con continuar en funciones otro par de meses, hasta ese 31 de octubre en que se disolvería el parlamento y se convocarían las terceras elecciones. Sin la visión ni la perspectiva de nuestro amigo Monje, nuestro optimismo nos impide contemplar tal opción, máxime cuando queda tiempo y algunas balas en la recámara para evitarlo, especialmente tras la celebración de las elecciones vascas y gallegas que ahora mismo están condicionando el escenario. Nuestro vaticinio es que finalmente se llegará a ese Gobierno del Partido Popular con el apoyo de Ciudadanos y la abstención del PSOE, posiblemente a cambio de duras exigencias, como tal vez sea la cabeza del propio Rajoy. Lo contrario por esperpéntico, ridículo y sobre todo perjudicial para la economía y la imagen de nuestro país, resulta inimaginable. Además, unas terceras elecciones volverían a dejar una situación similar y esto podría alargarse hasta quién sabe cuándo. Los ciudadanos queremos ya un Gobierno, con coalición, concentración, apoyo puntual, en minoría o como sea, para que todo empiece a funcionar y a resolverse los problemas de verdad.