Necesidad de diálogo

Si ya es viejo aquello de di lo que quieras que me opongo, ahora parece estar de moda nuevamente. Cuando los ciudadanos ansían que el país se ponga en marcha y la normalidad política se asiente de una vez...parece que esté de moda el mismo chascarrillo del di  lo que quieras que me opongo. Uno que es lego en estas cuestiones por más que hayamos  repetido aquello de que el hombre es un ser político por naturaleza no sale de su asombro al ver que todo son ponerse trabas de unos a otros en este escenario nuevo de mayorías minoritarias. Todos hemos de pensar que tenemos que estar dispuestos a ceder lo necesario para que la política cumpla con su misión de hacer posible la convivencia. Cierto que cada uno es distinto y tiene el derecho a opinar sobre cualquier cuestión, como lo estamos haciendo en estos momentos nosotros...Pero hemos de tener muy claro que todos hemos de pensar que el otro tiene derecho a opinar y todos la obligación de ponernos de acuerdo. Estamos seguros de que cuando alguien opina sobre cualquier cuestión lo hace desde el convencimiento de que dice algo que merece tenerse en cuenta...pero hemos de recordar que igualmente ha de estar de acuerdo en que otros piensen distinto. Pero dejemos el tema y pensemos en que estamos en un barco y si no navegamos todos en la misma dirección, incluso con todas las diferencias que se quiera, corremos el riesgo de naufragar y que salir a flote cada vez resultará más difícil.. Vivir es complejo y parece que nos empeñemos en crear más complejidad aún tal vez pensando en aquello de “a río revuelto ganancia de pescadores”...sin darnos cuenta que todos estamos en la misma barca y que corremos el riesgo de naufragar. No quisiéramos parecer pesimistas pero tampoco parece que la situación sea para tirar cohetes. Nosotros, y creemos que la gran mayoría, está ya harta de que no seamos capaces de tirar en la misma dirección. Que nadie es infalible y todos nos necesitamos...pues ya hemos repetido muchas veces que en la unión está la fuerza. A ver si pronto la aurora luce sus mejores  galas y nuestro país encuentra la luz suficiente para salir de tantos problemas y  encontrar el camino mejor para todos. Los intereses aunque sean divergentes deben converger en algún punto.