No dejes que nadie te impida

07/11/2014 - 23:00 Valentín Abellenda

Hace unos días leí el siguiente escrito que me pareció un canto a la mujer embarazada y de cierto interés para ser publicado en su medio. Me dirijo a ti, decía, mujer embarazada, que fuiste elegida para la función más grandiosa que existe: ser madre. No escuches los cantos de lobos, disfrazados de sirenas, que te ofrece esta sociedad, empujándote al abismo. No escuches a aquellos que te dicen que tu cuerpo te pertenece y puedes hacer con él lo que te da la gana. Te están mintiendo. Ese niño que vive dentro de ti, ya te conoce –antes de nacer– por tu sonrisa. No dejes que nadie te impida abrazar a ese niño, aunque la difícil situación por la que puedas estar pasando te impida ver que esa criatura será la luz de tu vida. Hazle un hueco en tu corazón y acógelo en tu seno hasta el momento más importante de tu vida: su nacimiento. Si no te encuentras con fuerzas, pide ayuda, pero a la gente que realmente te quiere ayudar con amor. En tu ciudad tienes asociaciones que están dispuestas a escucharte –nunca a condenarte–, y facilitarte todo lo que esté en sus manos para que puedas abrazar a tu hijo. No estaréis solos. Felicidades. Eres una valiente y, sobre todo, una afortunada.