No nos vengan llorando

18/12/2010 - 00:00 Jorge del Castillo Morales

 

Se nos dice que todos pongamos de nuestra parte. Se nos exige que seamos comprensivos. Nos piden votos mediante hipotéticos programas electorales que no van a cumplir, buscando nuestra gran tolerancia hacia designios divinos del capital.
Nos compran y venden como simples herramientas por los caprichos de los famosos mercados. Somos héroes demócratas cada cuatro años, solidarios contribuyentes cada doce meses y, como diría cualquier encuesta actual, tontos cada día que pasa. Y nos quedamos protestando a las esquinas. Y ellas no tienen la culpa. Pobres. Se aprueba una ley contra nosotros, como puede ser la reforma laboral, y protestamos al espejo del baño. Nos retrasan la edad de jubilación hasta los 67 años y se lo contamos al personal del bar mientras bebemos una copa enfurruñados en alcohol ahogapenas. Reducen los impuestos a los ricos y protestamos contra el gobierno desde la silla de nuestro salón, cuando vemos aparecer a los culpables y sus aliados en las noticias del mediodía. Nos suenan las tripas gracias a la eliminación de los 426 euros mensuales para gente que no cobra paro y nos prometemos no volver a votar a unas siglas que hacen las políticas de otras. Y para más INRI, ya nos importa tres pepinos que se privaticen las empresas y entidades públicas que son de todos. Ven a la movilización de hoy, 18 de diciembre. Deja tu casa, esa que es posible que te quiten, y sal a defenderla. Protege el pan, el agua y la electricidad. Lucha por tus derechos, en el caso de que los quieras. Ayúdanos a mantener la dignidad. Haz que te respeten de una vez. No hagas que nos tomen por estúpidos. Sal. Ven. Anda. Marcha. Protesta. Ataca. Lucha. Movilízate.