Ola de calor con incendio incluido

El incendio que se declaraba el miércoles en Uceda, en concreto en la finca conocida como Valyunquera, en la entidad menor de Peñarrubia, ha sido el primer gran susto de este verano. Coincidiendo con la ola de calor y con el viento, muy cálido, de origen sahariano, se originaba un fuego contra el que se ha actuado rápidamente y con los medios necesarios para evitar su propagación (más de 50 medios y 200 personas han participado en su extinción). El viento hacía temer lo peor, pero la noche se presentaba más tranquila y, finalmente, una vez dado por controlado ayer, se estima que unas 300 hectáreas han sido calcinadas. Es, fundamentalmente, pasto y monte bajo. Ha sido el incendio más grande de la provincia desde el inicio de la campaña de este verano. Según el balance que hacía la semana pasada el director general de Política Forestal y Espacios Naturales de Castilla-La Mancha, Rafael Cubero, el fuego había afectado hasta el momento a 30 hectáreas forestales. No obstante, siempre hay que apelar a la prudencia porque queda mucho verano por delante. Tras las lluvias de la primavera, el comienzo del verano ha sido más húmedo que en otras ocasiones y eso puede haber influido. También son importantes las novedades que este año presenta la campaña de extinción: se ha incrementado el número de efectivos que trabajan en la extinción y en la prevención, alcanzando los 320 en la provincia, y se ha ampliado su periodo de contratación de 9 a 12 meses. En la provincia están operativas tres brigadas helitransportadas, cinco brigadas terrestres, cinco autobombas, once retenes-autobomba, cinco patrullas y una nodriza. Pero no se puede bajar la guardia, porque, como hemos visto, la chispa puede saltar en cualquier momento. Y, cuando por estas fechas en la provincia de Guadalajara se levanta una columna de humo sobre el horizonte, inevitablemente, todos recordemos aquel 17 de julio cuando once personas murieron en el incendio de Riba de Saelices, hace ahora once años.