“Que hablen las bases”

Muchos militantes del PP de Guadalajara ya se están posicionando de uno y otro lado en lo que respecta a la escalada bélica entre Ayuso y Casado. Dice un refrán que “quién con niños se acuesta, meado se levanta”. En estos momentos muchos no consideran propio meterse entre dos fuegos. No lo haré yo. Ni mucho menos pretendo que se interprete el refrán al pie de la letra. La realidad es que las pretensiones de un partido que quiere gobernar en los ayuntamientos, Junta de Comunidades y Gobierno, se desmoronan más cada día que pasa, mientras los adversarios se frotan las manos, y no se encuentra una solución. Por algún lugar de La Alcarria se ha dicho aquello de “que hablen las bases”. Esta frase abre una tercera vía imprescindible si se quiere paliar el manifiesto enfado de miles de personas que son los cimientos sobre los que se eleva toda la estructura del Partido Popular. Me pregunto: ¿Qué sería cualquier partido sin las bases? La respuesta está clara: no existiría. Creo que es buen momento para filosofar, reflexionar, hacer un alto en medio de la inercia política negativa que está precipitándose ante el ansia de una pronta solución o ante el ansia de una pronta aclaración sobre quién tiene la verdad. Las bases son quién otorgan el poder, no solo a los partidos, sino a los sindicatos y otras organizaciones… Son la base de la Democracia, porque las bases de la Democracia están en las personas que la soportan con sus votos. Base, no hay mejor palabra que represente el fundamento del equilibrio.