Quevedo

04/06/2017 - 13:38 José Marquina

Quevedo era un arquitecto del lenguaje.

Resurge Quevedo con mucha fuerza. Y su ilustre soneto “A una nariz pegado”. Hoy habría sustituido nariz por “ambición”. Y seguiría teniendo sentido y ritmo.
    Quevedo era un arquitecto del lenguaje. Endecasílabos sus versos. Qué finura para ajustar el soneto. Qué lenguaje y qué narices.
    Hoy su homónimo Quevedo, el canario, no le va a la zaga. Vive a una ambición pegado, y a unas siglas desligado,  es de una constancia paroxística, inflexible en la medición endecasílaba de sus peticiones, que le da  igual remendar al gobierno para conseguir tajada, que descoserlo con una moción al desnudo.
    Érase un canario a una ambición pegado,
    Y con una  ambición superlativa,
    Ambición infinita y narcisista,
    Érase la coherencia de un canario ejemplificado.