Sí a la Constitución y al Estatuto de Autonomía
El 6 de diciembre hizo 43 años el pueblo español fue llamado a las urnas para refrendar la aprobación del texto de la Carta Magna que establecía las nuevas normas de convivencia que regularían la vida y las relaciones en la sociedad.
De manera abrumadora la ciudadanía ávida de libertad, de democracia, de participación, de reconocimientos de derechos y concordia votaron aquel día sí como pensamos volvería a suceder hoy con igual documento que sin duda se ha mostrado útil para dar respuesta a las distintas situaciones que desde entonces se han sucedido permitiendo la alternancia de gobiernos, superar un golpe de Estado, el terrorismo, llevar a cabo el relevo en la Corona, debatir distintas mociones de censura o decretar un estado de alarma para hacer frente a una pandemia que en el mundo fue resuelta- en lo que a la necesidad de restringir libertades se refiere- con instrumentos similares. Con la Constitución hemos entrado en la Unión Europea y en desarrollo de sus principios consagrados se ha legislado en numerosas materias que nos han permitido modernizar el país, avanzar en derechos, prosperidad, crecimiento y bienestar. Uno de los aciertos fue la organización del territorio en distintas comunidades autónomas acercando la administración al administrado y gestionando de manera más eficiente los recursos. El 3 de diciembre de 1981, hace ahora cuarenta años, se aprobaba el proyecto de Estatuto de Autonomía de nuestra región. Castilla-La Mancha es un territorio con estabilidad política, normalidad institucional y grandes perspectivas de futuro gracias al clima de entendimiento alcanzado con los agentes sociales y el caminar conjunto emprendido. España es una democracia consolidada que con la Constitución como marco ocupa un lugar relevante en Europa. En fechas como hoy cabe recordar lo mucho conseguido desde el acuerdo, lo positivo que resulta trabajar unidos por un proyecto colectivo y de agradecer a los actores políticos y sociales de hace cuarenta años su legado, de preservarlo y mejorarlo desde la unidad y el diálogo.