Sin argumentos

25/09/2016 - 12:37 Jesús Fernández

¿Lucha la izquierda por algo? Su batalla dialéctica está perdida pues se han quedado sin argumentos.

ucha la izquierda por algo? Su batalla  dialéctica está perdida pues se han quedado sin argumentos. La imaginación les ha traicionado a estos jóvenes anticapitalistas. Además están las contradicciones entre ellos. Admiten igual la barbarie que la solidaridad, la pobreza que la riqueza, el fundamentalismo que la democracia. La riqueza para ellos y la pobreza para los demás. La libertad para ellos y la represión para los demás. Se han unido a la estela y al estilo de los viejos partidos   siendo uno más de ellos. Las grandes representaciones o proyectos ideológicos que ofrecían se han convertido en un régimen y en un simple movimiento. La inmoralidad y corrupción social  les creaba dolores de cabeza y se han quedado en una pura estrategia política. Nos prometían que desde ahora en adelante, desde la irrupción de ellos en política, el mundo iba a ser distinto del que estamos acostumbrados a ver. Ellos iban a implantar una justicia universal y una igualdad total. Venían a terminar con la mala  conciencia de una clase y han terminado mal  con toda clase de conciencia. Sólo tienen conciencia de clase. Se han quedado con la representación de todos.
    Todo su proyecto político ha saltado por los aires. No han entendido el signo de los tiempos nuevos. Han objetivado, separado y distanciado los problemas de la gente y ellos no se sienten parte de esa gente ni de sus problemas. Ellos lo llaman debate. Contemplan cómo debaten o se debaten los demás pero ellos están llamados a ser jueces de debates ajenos. Contemplan las dificultades de los demás como algo extraño a su vida pero ellos no tienen dificultades en la vida. Sólo les interesa el fomentar el odio, el rencor, la revancha, el conflicto.     
    No entienden que las crisis globales hay que hacerlas frente o solucionarlas globalmente y buscar respuestas  globales. Ellas son de naturaleza global y no responden a la acción de los gobiernos nacionales. La crisis financiera de 2008, la crisis del Euro y de la Unión Europea, la existencia de pobreza y hambre en el mundo, los refugiados que llaman a nuestras  puertas. Vivimos en unos tiempos políticos llenos de paradojas. El intento de la izquierda de renacionalizar los problemas (incluidas las ideologías) ha fracasado estrepitosamente. Han conseguido construir y separar un “ellos”  y un “nosotros”. Pero  ellos son ellos y todos los demás somos los demás que no somos ellos, o sea, sus enemigos. Todos los demás son conservadores, sólo ellos son demócratas. Los demás son retrógrados, ellos son progresistas. Dogmatismo.
    La izquierda  marxista no es que se haya quedado sin espacio, es que se ha quedado sin argumentos. No es que se hayan quedado sin mensaje es que se han quedado sin voz y han perdido la credibilidad. Nadie les escucha. Tampoco ellos tienen muchas ganas de oír. El pueblo ya no se deja engañar más veces. El comunismo cree que el capitalismo es un fenómeno para el  entretenimiento. En el mapa democrático, las dictaduras y regímenes marxistas no tienen lugar ni espacio. La democracia avanza y ellos retroceden. Han sido muchos años de dogmatismo, intolerancia, persecución de disidentes que no han terminado.