Sindicalistas

06/05/2023 - 14:27 Jesús de Andrés

Me llamó la atención la camiseta que Irene Montero, ministra de Igualdad, exhibió en la manifestación de Madrid, con un retrato de la escritora feminista Audre Lorde, activista del colectivo LGTBI, y un lema: “Tu silencio no te protegerá”, que hubo quien interpretó como una indirecta a Yolanda Díaz. 

Celebran los sindicatos y la izquierda la fiesta del 1 de mayo. Buena parte de los asistentes a las manifestaciones lo hace por nostalgia ideológica, por sentimiento de pertenencia, por comunión identitaria, más que por convencimiento político. Hace ya tiempo que los sindicatos dejaron de ser atractivos para la juventud y que buena parte de la denominada clase trabajadora desconectó de sus reivindicaciones, de sus mensajes y de su estética. Convertidos en grupos de presión conservadores, preocupados siempre por sus militantes y pocas veces por aquellos que no tienen trabajo, el movimiento sindical se mueve, desde hace ya unas cuantas décadas, entre el desconcierto por los tiempos que corren, la corrección política que han terminado haciendo propia y la asunción de cuanto discurso postmaterialista se cruza en su camino.

Me llamó la atención la camiseta que Irene Montero, ministra de Igualdad, exhibió en la manifestación de Madrid, con un retrato de la escritora feminista Audre Lorde, activista del colectivo LGTBI, y un lema: “Tu silencio no te protegerá”, que hubo quien interpretó como una indirecta a Yolanda Díaz. Narcisismo envuelto en feminismo y, de nuevo, el raca-raca del sí es sí. En un día donde se debiera haber protestado por la siniestralidad laboral, una de las más altas de Europa, donde se debiera haber incidido en el alto porcentaje de trabajadores afectados por enfermedades mentales o por suicidio, ella fue a hablar de su libro. Pero claro, tanto los accidentes laborales como los problemas psicológicos que acechan a los trabajadores afectan, sobre todo, a hombres, al género masculino. Ni la más mínima declaración al respecto, al contrario, vuelta una y otra vez al trigo de su ley disminuida.

En 2022, más de 3.000 suicidios masculinos en España. Más de 500 hombres fallecidos por accidentes laborales. 49 mujeres asesinadas por violencia de género. Esos son los datos oficiales. Sin quitar un ápice de importancia, y sin pretender comparar, hay datos que claman al cielo. El tema de las enfermedades mentales requiere de un plan nacional que reduzca su incidencia y disminuya el número de suicidios, cuyas cifras son escandalosas. Desordenes por ansiedad, depresiones severas, abuso de sustancias -sobre todo alcohol-, estrés postraumático…, todas estas enfermedades acosan a nuestros trabajadores y sobre ellas deberían poner el acento los sindicatos. Sin embargo, las manifestaciones sindicales, cual día de la marmota, son todas un 8 de marzo. Luego nos mesaremos los cabellos porque los trabajadores, los que no se manifiestan porque están trabajando en empleos precarios y los que desconectaron hace tiempo de lo que los sindicatos pregonan, votan a quien votan. La rebeldía hace tiempo que cambió que bando. Y no hay camiseta que nos proteja.