Solos con nuestros pensamientos

Un grupo de psicólogos de la Universidad de Harvard y Virginia han demostrado con una serie de meticulosos expertos que la mayoría de la gente es incapaz de poner su mente en blanco y que se siente más cómoda si puede hacer cualquier cosa. Eso, por una parte, está bien, significa que somos activos. Pero el problema está en que no podemos vivir diez minutos seguidos sin móvil, sin tableta o sin televisión. Para la mayoría de la gente, es peor que una tortura el quedarse solo ante la nada. Y el problema está en que no es sólo problema de los adolescentes o jovencitos que han crecido con el teléfono móvil. La cosa es que, desde que uno tiene uso de razón hasta alrededor de los ochenta años, además de diferentes culturas, tiene este tipo de problema. Leyendo y oyendo todo esto, es como si ya se acabara el mundo, como si ya solo existiera cualquier aparato que le das a un botón y a olvidarse de todo el resto. Pues la cosa está es que cualquier persona con cualquier edad tiene auténtico pavor a dejar vagar sus pensamientos. Dicen que prefieren una descarga eléctrica, ya me extraña. Osea, que no sabemos ir de vacaciones y tumbarnos al sol sobre una hamaca o cualquier otra cosa parecida que podría ser fácil para nosotros. Lo que no queremos es enfrentarnos con nuestra propia conciencia porque nos revelaría cosas que no nos gustan. Como aquel cantante que decía: En el escenario me crezco, sólo en mi habitación me deprimo.