Subir al Ocejón

 No puedo, ni quiero, evitar el recuerdo de que, al llegar a la semana anterior a la Navidad, el Club Alcarreño de Montaña realizará su tradicional subida al Pico Ocejón en la que yo participé nueve o diez veces, hasta que cumplí los 78 años. Y en esta rememoración va incluido el recuerdo del fundador y primer presidente del Club, mi amigo y colega, Jesús García Perdices, fallecido en 1993, a los 70 años de edad. Pero si hago esta evocación, no sólo es porque también me gustaría que alguien se acordara de mí  a los casi 25 años de mi desaparición de estas páginas, sino porque el recuerdo de esas ascensiones me trae también el de los años en que retaba a algunos de mis coetáneos en esa subida para demostrarles que no me iban a ganar. Y con mayor motivo evoco aquellos tiempos. Ahora en que la edad me llena de limitaciones, afortunadamente sólo físicas, como puedo demostrar  con este romance escrito hace unos meses: “Pico Ocejón que te elevas /al llegar a Sierra Norte/: los montes que te rodean/ parecen formar tu corte./Te asomas a la Campiña/cual caporal de la Sierra/ como si fueras a hombros/ de los montes que te cercan./ Te ven desde media Alcarria/ cual hito que nos orienta/ El pensar en escalarte/ a cualquiera da pereza/ y me parece mentira/ que quince años atrás apenas/ yo haya subido a tu cumbre/ al llegar la Nochebuena./Y si no te escalo ahora/ es porque los años frenan/ pero te asciendo en espíritu/cuando llegan estas fechas/ y si, a mano viene, escribo/ una glosa navideña/ cual si te hubiera subido/ y hace un rato descendiera.”