También en la adversidad de Nepal

La cifra de muertos por el terremoto que ha sacudido este fin de semana Nepal no deja de elevarse, pasan de 5.000 pero las autoridades del país creen que llegarán a 10.000. El seísmo ha golpeado especialmente el Valle de Katmandú donde se encuentra la capital. Estamos hablando de un país pobre donde la debilidad de muchas construcciones y la falta de medios para las operaciones de rescate aumentan el sufrimiento. Desde ayer ha comenzado a llegar la ayuda internacional, pero todo el esfuerzo humanitario que se haga será poco. Los terremotos han sido en los últimos siglos una provocación para la razón del hombre postmoderno. La naturaleza, que está ordenada para hacernos posible la vida, de pronto causa muchas muertes y mucha destrucción. No obstante, en circunstancias como ésta, al tiempo que ponen todos los medios humanos a su alcance, vemos personas que tienen la certeza de que Dios les acompaña, de que no está lejos de su sufrimiento. De que ese sufrimiento es algo radicalmente misterioso, pero que puede transformarse en fuente de una humanidad más grande. Es bueno que sigamos encontrando creyentes precisamente en la adversidad. (CRES, GORS, TMS) durante más de dos años.