Tartanedo, Milmarcos y Fuentelsaz

El viernes pasado presenté en Barcelona una exposición de cuentos tradicionales escritos en “ mingaña” (ya saben la jerga de oficio que utilizaban los esquiladores de ovejas, para que los dueños del ganado no supieran los pactos internos de dicha cuadrilla), Pues bien, dicha exposición trascurrió, en la biblioteca Caterina albert…(preciosa biblioteca, que dispone de una gran sala de conferencias) el evento, iba acompañado como no puede ser de otro modo por una extensa explicación del origen de la jerga y su importancia. Cuando terminamos la intervención realizada por Eder Castillo y servidora, entre el publico uno de los asistentes, planteo una pregunta en clave de humor, mediante la cual quería saber la cantidad de rivalidad que había por dicha jerga entre Fuentelsaz y Milmarcos que como en toda nuestra geografía, parece que no pueda ser de otro modo entre pueblos vecinos.. Pues bien, la pregunta planteada, fue la excusa perfecta para que el caballero se presentara como milmarqueño, lo cual fue de lo mas simpático y como no podía ser de otro modo con un desenlace muy entrañable.

Aprovechando el buen humor termino por participar otro caballero que siguiendo el hilo de lo jocoso puntualizó que tal vez la mingaña fuera de Tartanedo… Para sorpresa del resto de los asistentes la aparición de nuevos participantes conocedores de la mingaña, se convirtió en un momento mágico, pues este tipo de reencuentros en una ciudad como Barcelona, no es cualquier cosa, sino que se extradimensiona dando una forma de rotunda complicidad, donde cada uno de nosotros es conocedor del significado de pertenecer a su pueblo y a los demás pueblos a los que también conoce como la palma de su mano, pues la interconexión entre todos ellos, a través de fiestas, festejos, familias amigos y casualidades varias, nos permiten querernos y respetarnos con muchísima complicidad, así que desde aquí, les envio todo mi agradecimiento por haberme proporcionado un momentazo como el que viví el viernes...