Techo de cristal roto en la Guardia Civil
Queda camino por el que transitar para incrementar los índices de presencia, en particular en las altas esferas.Referencias como la de Cristina Moreno ayudan en esta tarea.
Nuestra provincia ha saltado a la palestra nacional por un hecho relevante y positivo que todavía- y ese es el reto a superar- sigue siendo noticia, aunque cada vez menos, como es el acceso de una mujer a un puesto de mando en un cuerpo y fuerza de seguridad del Estado. Cristina Moreno tomó este lunes, de forma oficial pues llevaba algún tiempo desempeñando el cargo, el timón de una comandancia con 550 guardias civiles desplegados en 33 acuartelamientos que dan servicio a 287 municipios. En la década de los ochenta “las niñas no podían ser guardias civiles” decía con tristeza el padre de la teniente coronel, la segunda en España en asumir tal responsabilidad. Hoy el 8,52% de los efectivos de la benemérita institución son mujeres y constituyen también la cuarta parte de los aspirantes en las escalas y concursos. Los tiempos avanzan y con ellos, también en igualdad, la disciplinada y vocacional institución que desde 1845 protege a los ciudadanos siendo una de las organizaciones mejor valoradas por ellos, al igual que las demás fuerzas del orden, como los cuerpos policiales, nacional y local, que este viernes celebran su festividad o el ejército que cada día muestra más la importancia de su función como observamos durante el estado de alarma, en la tormenta de nieve ‘Filomena’ o esta semana entrenando en nuestra capital para intervenir ante cualquier catástrofe, como la erupción del volcán de La Palma. Preparación, adaptación a las circunstancias, modernización de sus estructuras, eficacia, buen trabajo o ejemplaridad, son señas de identidad de todas las unidades dedicadas a la seguridad. Hace más de treinta años la incorporación de la mujer a los equipos de trabajo fue un avance más en la mejora de los distintos cuerpos. Queda camino por el que transitar para incrementar los índices de presencia, en particular en las altas esferas. Lograr que las chicas que quieran puedan acceder a la carrera militar con igualdad de oportunidades, promocionando sin que sea noticiable, que los techos de cristal salten por los aires siendo recuerdo de una historia de superación ha de ser un objetivo global compartido. Referencias como la de Cristina Moreno ayudan en esta tarea.