Treinta años de Adel Sierra Norte dinamizando el medio rural
El acto de conmemoración fue el momento para la puesta en valor de estas tres décadas como guías del emprendimiento, luchadores contra la despoblación, dinamizadores de la vida rural y de agradecimiento a las juntas directivas y trabajadores que han pasado por este grupo.
Este miércoles se ha celebrado el treinta aniversario del grupo de desarrollo rural Adel-Sierra Norte, uno de los cinco con los que cuenta la provincia y de los veintinueve que tiene en su conjunto la región, cuya área de extensión abarca un total de 80 municipios en una de las zonas más despobladas de Europa en la que, gracias a las distintas políticas de las administraciones y su papel fundamental, se han empezado a recuperar habitantes en los dos últimos años. Dos son las premisas esenciales para quedarse a vivir en el pueblo o buscar en una pequeña localidad la residencia habitual y así disfrutar de las ventajas de la vida rural, una disponer de los servicios públicos necesarios con calidad y cercanía, algo que corresponde garantizar a los distintos gobiernos con competencias- en lo que se ha avanzado mucho con la ley pionera del Gobierno Regional contra la despoblación, que además incorpora incentivos fiscales- y otro tener un medio de vida, es decir trabajo, algo que en una comarca poco industrializada es en gran medida posible con el autoempleo. Y ahí es donde el papel de los grupos de desarrollo es determinante, primero por el tema económico, ya que aporta dinero a proyectos concretos- fruto de la gestión de los fondos que les son asignados-, tanto para su puesta en marcha como para mejoras, como por toda la labor de acompañamiento, asesoramiento e información que prestan al emprendedor en todo momento. Se convierten en cómplices, en compañeros de aventura, en acicate o impulso ante una iniciativa, ayudando también a los ayuntamientos a mejorar sus instalaciones. En estos treinta años ha creado o consolidado alrededor de 1.000 empleos estables.
El acto de conmemoración, en el marco del palacio de Cogolludo, fue el momento para la puesta en valor de estas tres décadas como guías del emprendimiento, luchadores contra la despoblación, dinamizadores de la vida rural, pero también de agradecimiento a las distintas juntas directivas y trabajadores que han pasado por este grupo caracterizado por la profesionalidad y el trato cercano. Los GDR se han convertido en el mejor instrumento para revitalizar una provincia que lleva años rebelándose contra la idea de que los pueblos son solo para el verano o para disfrutar de sus encantos turísticos.. Son además lugar para vivir.