Te invitamos a pasear bajo en embalse que cubrió el Real Sitio de La Isabela
La Oficina de Turismo de Sacedón ultima un espacio de exposición permanente para la Memoria del Real Sitio de La Isabela y Baños de Sacedón como foco pionero del turismo en la villa y un modelo arquitectónico casi único en la España de la época, que giraba entorno al aprovechamiento de las aguas medicinales que surgían en La Isabela y que se venían aprovechando desde la época romana.
Un espacio que viene a complementar el expuesto en la Plaza de Abajo, junto a la estatua de La Mariblanca, donde además de fotografías, archivos o escritos se va a poder ver vídeos inéditos.
La desaparición PROGRAMADA del Real Sitio
La Confederación Hidrográfica del Tajo aprobó el proyecto del embalse de Buendía en diciembre de 1941 e inició las obras en 1946. En 1950, los últimos habitantes de aquel lugar único tuvieron que abandonarlo. El profesor Antonio Castillo de Lucas (1898-1972) en su obra titulada: Thermidas, Salmbir, Sacedón, La Isabela, de 1955, cuenta que fueron despedidos por las autoridades y acompañados por el propio gobernador civil de Guadalajara, Juan Casas Fernández (de 1941 a 1953), hasta el nuevo lugar de residencia, dispuesto por el Instituto de Colonización en el coto de San Bernardo, partido judicial de Peñafiel (Valladolid). El 15 de julio de 1958 se inauguraron los pantanos y todo el lugar de La Isabela y el pueblo de Santa María de Poyos quedaron definitivamente cubiertos por las aguas.
Cada vez que las aguas bajan hasta el 20% de llenado, las ruinas de la Isabela emergen, están expuestas al aire y son fácilmente visitables por excursionistas.. La Isabela forma parte de la lista de pueblos sepultados por los pantanos que en los años 50 inauguró Franco. Estas grandes obras públicas del régimen pasaron por encima de conjuntos histórico-artísticos importantes, como éste u otros (por ejemplo, Augustobriga en Talavera la Vieja), y su justificación es discutible.
Fuente: Wikipedia
El colaborador de Nueva Alcarria, José Serrano Belinchón, nos invita a dar un paseo previo si pinchas AQUÍ.
Teresa Viejo, escritora del libro La memoria del agua, te lleva de la mano por AQUÍ.