Un año después de las elecciones municipales
El 24 de mayo de 2015 se celebraron las últimas elecciones municipales y autonómicas.
El 24 de mayo de 2015 se celebraron las últimas elecciones municipales y autonómicas que trajeron, en general, gobiernos sin mayorías absolutas, algunos de coalición y muchos con acuerdos concretos de investidura. Las votaciones supusieron la entrada de las nuevas formaciones políticas en las distintas administraciones. En Guadalajara, tanto en el Ayuntamiento como en la Diputación, se mantuvo en el poder el Partido Popular asumiendo diferentes compromisos con Ciudadanos. A nivel regional, el Partido Socialista consiguió volver a gobernar con igual fórmula, en su caso con Podemos. 365 días después del paso por las urnas se puede afirmar que algo ha cambiado. Nos hemos acostumbrado, en especial en el consistorio capitalino, a que ahora son muchas las mociones de la oposición que son aprobadas. Esto supone que los plenos no sean de trámite y que el diálogo se haya hecho imprescindible para que muchos temas salgan adelante, hasta por unanimidad en algunos casos. Las formas de hacer política y de trabajar han cambiado por esa necesidad de consultar y acordar. Hay mayor dinamismo e ilusión en la oposición y el Equipo de Gobierno mantiene su línea de trabajo, muy acertada en materia cultural, con una gran convocatoria de actos de envergadura y esa apuesta por la declaración del Palacio del Infantado como Patrimonio de la Humanidad, y en el tema deportivo donde nos hemos convertido en sede de importantes competiciones de carácter nacional o internacional, repercutiendo todo ello en el turismo, la economía local y la imagen de la ciudad. También se ha avanzado en políticas de empleo, pero muy poco en dinamización del casco histórico, siendo ésta la asignatura pendiente de Guadalajara. Se siguen derribando algunos edificios históricos y aunque haya habido coloquios, no se concretan y ejecutan soluciones integrales. Las ferias temáticas revitalizan pero son puntuales, el campus universitario se divisa a medio plazo y es necesaria una actuación conjunta y consensuada que debería adquirir carácter prioritario.