Un nuevo esfuerzo frente al Covid
Lamentable que en una situación de emergencia sanitaria haya que recurrir a la exigencia de la obediencia en lugar de su ejercicio responsable.
El repunte del número de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos, consecuencia del relajamiento de las medidas de precaución durante las fechas navideñas pese a las reiteradas advertencias de los expertos sanitarios, imprime velocidad de crucero a la tercera ola, obligando a la urgente adopción de duras restricciones- menores de las deseables y sin el exigible liderazgo del Gobierno central- para frenar la propagación del virus. Aunque en algún momento habrá que juzgar la gestión de la crisis sanitaria por los distintos responsables políticos, toca de nuevo apretar los dientes y cumplir con las prohibiciones de movilidad decretadas- que impiden salir del propio término municipal-, volver a casa a la hora marcada por el toque de queda- cuanto antes mejor-,limitar los contactos con las personas no convivientes, mantener las distancias, la higiene y el uso de mascarillas, o sea nada en lo que no seamos por desgracia ya expertos. Gran inconveniente es el hartazgo de parte de la población ante el alargamiento de la situación que lleva a la banalización del problema, incluso a convivir con inaceptables cifras diarias de muertos o nuevos casos con indiferencia y hasta tranquilidad, sobre todo desde que se administra la vacuna. Por ello habrá despliegue de efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para obligar a su cumplimiento. Lamentable que en una situación de emergencia sanitaria haya que recurrir a la exigencia de la obediencia en lugar de su ejercicio responsable. Es una falta de solidaridad, respeto y humanidad la no observación de estas necesarias normas de convivencia y protección de la salud pública por demasiados, pues evidente es que no las han observado durante las fiestas porque de lo contrario no estaríamos en este punto. Pedimos de nuevo el esfuerzo de todos en el seguimiento de los comportamientos ya sabidos pues a estas alturas de la pandemia nadie es ingenuo y cuanto antes nos apliquemos antes saldremos de la senda del sufrimiento, el deceso y la ruina por la que transitamos. En manos de todos sigue estando nuestro futuro.