Una timida agitación social
La agitación social es inevitable. Ya está aquí y ha venido para quedarse. No me parece mal, es una prueba de vida del secuestro al que estamos sometidos. La sociedad está viva y quiere reivindicar el derecho a ser dueña de su futuro. La desconfianza en nuestros políticos y la intranquilidad que nos aporta este sistema, está provocando que vivamos inseguros. Algo más grande va a ocurrir. Y lo que tenga que pasar pasará si nuestros gobernantes no toman medidas reales y consecuentes a la magnitud del problema. El hartazgo y la conciencia de inseguridad que provocan nuestros políticos va subiendo. Hacen ajustes, piden esfuerzos, austeridad, sacrificio, paciencia y comprensión; pero derrochan privilegios, opulencia, lujo y ostentación. Es humano en tiempos difíciles protestar. No vamos a parar.
Estamos enfadados, incómodos. Hacemos sacrificios a nivel personal, pero vosotros no nos escucháis y no ponéis remedio a lo que realmente nos importa, nos agita, nos quita el sueño y posiblemente en un futuro nos violente: -Una iniciativa legislativa popular real con una ley de referéndum popular consultivo y vinculante. -Una reforma constitucional para la independencia judicial. -Una organización territorial del Estado más eficiente y susceptible de ser costeada. -Obligar a que Sindicatos, partidos políticos y Asociaciones empresariales presenten sus balances y cuentas de resultados en el registro mercantil, como hacen la totalidad de empresas y otro tipo de entidades empresariales y fundaciones en España. -Reforma del Sistema Electoral Español, en orden a consagrar, incluso constitucionalmente, el principio democrático de un hombre, un voto y con el mismo peso político. -Eliminación de cualquier estatuto jurídico privilegiado para la clase política. -Responsabilidad civil, o penal, para todas aquellas personas que gestionen irresponsablemente, o irregularmente, fondos públicos . -Eliminación de la financiación pública de los partidos políticos, sindicatos, patronales, fundaciones de partidos y ONGes de dudoso servicio a la sociedad. -Realizar una profunda reestructuración de las funciones y cometidos del Estado. Recuperar el principio de excelencia en la Administración Pública. Recuperar el principio de Administración Única y eficiente, descentralizando funciones para acercar el control del poder a los ciudadanos.
¿Hasta dónde estáis dispuestos a llegar? ¿Qué ajustes como clase política estáis dispuestos a corregir? ¿Qué esfuerzos como dirigentes modélicos que sois vais a soportar?¿Qué vais a cambiar de lo vuestro? La agitación social que se transforma en violencia no es buena para una sociedad que tiene como objetivo ser más humana y más justa. En vuestras manos está. Vosotros tenéis el poder y la capacidad para influir de una forma decisiva en nuestra vida y así evitar la violencia de un pueblo cansado de soberbia, vanidad y arrogancia. ¿Tan difícil es perder un poco de ese poder en favor de una sociedad más segura y equilibrada?