Y llegó la lluvia... y arrasó
Tórtola de Henares fue la localidad sin duda más afectada, pero...
Llevamos meses de sequía. Es una pena para un país que tiene ya demasiados problemas a sus espaldas –falta de acuerdos políticos o crisis migratoria, sólo por nombrar algunos–. Pero encima tenemos que lidiar con que el cambio climático nos afectará a nosotros más que al resto del planeta. ¿Por qué? Pues simplemente por la colocación que tenemos en el globo. Y, al parecer, la cosa será más o menos como lo vivido ayer: meses sin caer una sola gota, y cuando viene, lo hace en forma de tormenta con más litros por metro cuadrado de lo que pueden soportar nuestras calles y sistemas de alcantarillado. Tórtola de Henares fue sin duda la localidad más afectada, pero también hubo otros siniestros en diferentes municipios del Corredor del Henares, como Guadalajara o Cabanillas del Campo. Bajos anegados, árboles caídos, calles convertidas en canales, cubiertas colapsadas, barro, carreteras cortadas... Son sólo algunos de los problemas con los que tuvieron que lidiar unos vecinos que deseaban que cayese agua, pero no así. La fuerza con la que llegó el preciado bien hace que no filtre en la tierra como debería, y eso sin hablar de que en algunos puntos, como Gárgoles de Abajo, hubo granizo. Que sí, que las tormentas de verano pueden adquirir esta virulencia. Nadie puede negarlo. Pero tampoco podemos cerrar los ojos a una realidad: el tiempo está cambiando a una velocidad que asusta. Si no ponemos remedio, el mundo que conocemos hoy será totalmente diferente mañana. Y no será un mañana esperanzador, sino todo lo contrario. Pequeños gestos son necesarios. Puede que a algunos les parezca ridículo, pero el simple hecho de reducir el consumo de plásticos puede significar mucho para el legado que dejaremos a la siguientes generaciones. En muchas localidades, como Horche o Alcocer, el Ayuntamiento distribuirá vasos de plástico reutilizables, con lo que ese evitará mucha de esa basura que tarda una eternidad en desaparecer. Un paso adelante en una batalla, la de la concienciación de la población sobre un problema que es de todos y que, tarde o temprano, nos pasará la factura.