Al Balonmano Guadalajara se le vuelve a resistir el Ciudad Encantada de Cuenca

01/03/2014 - 12:04 Juanjo Ortega

Tampoco tocó esta vez y ya van 20 años. El Balonmano Guadalajara no pudo poner fin a su pequeña maldición ante el vecino regional. El Ciudad Encantada regresó a tierras conquenses con un punto en la mochila que les sabe a gloria.

Y gracias, ya que fue el equipo visitante el que dispuso de la última posesión para apuntarse el triunfo. Ataque que terminó con un golpe franco con el reloj a cero que Lipovina mandó a las nubes. Antes, mucho antes, pasaron muchas cosas. Algunas, se repitieron de otros años; otras mostraron un cambio de tendencia. Y es que, a diferencia de cursos pasados, ahora es el Balonmano Guadalajara el que parte con los galones en el pecho y el Cuenca el que tira más de ardor guerrero. Aunque en honor a la verdad, con Zupo Equisoaín, en la banqueta, la fogosidad está asegurada. También lo está en el bando alcarreño, aunque este viernes, los de Garralda mostraron más altibajos que su oponente.
Por ellos, el cuadro local fue a contrapié durante gran parte de la contienda y se desconectó de ella cuando la cima parecía conquistada. Una cumbre que nadie vislumbró durante el primer acto. Como muestra, un dato. La máxima ventaja en esos primeros 30 minutos fue sólo de dos goles. Por un lado, en el 3-5 que Renaud-David anotó nada más cumplirse los primeros 10 minutos de partido; por otro, el 1012 con un gol casi sobre la bocina de Lipovina. Fue un primer acto, intenso, más celebrado en las gradas que bonito sobre el parqué, pero es lo que tienen los choques ante el Ciudad Encantada.
La hinchada visitante asegura la animosidad en las gradas (más de un centenar de aficionados se desplazaron desde Cuenca y dieron otro recital de apoyo, aunque en este caso, la afición alcarreña replicó con más entusiasmo que en pasadas temporadas); los planteamientos tácticos y el espíritu de los dos técnicos navarros garantizaban mucha brega y unas defensas capaces de anular al ataque más pintado. Con todo, lo mejor estaba por llegar, carrusel de emociones incluido. De salida, los locales aprovecharon un error en los cambios del Cuenca para igualar la contienda en superioridad. Sin embargo, fue algo efímero ya que la exclusión de Valadao relanzó a los conquenses (13-17). Restaban casi 20 minutos por delante y Garralda llamó a capítulo a sus hombres. Fue una charla muy breve que perseguía frenar la sangría más que encontrar recetas mágicas. Sin embargo, la ‘garraldina’ surtió un efecto inesperado.
El Balonmano Guadalajara, tímido hasta entonces, se soltó la melena y dispuso de sus mejores galas en ataque y en defensa. Hasta las miradas de sus jugadores tenían un furor especial. ¿Consecuencia? Un parcial de 8-1 que parecía encarrilar la contienda y, de paso, acabar con ese gafe ante el vecino regional (21-18, minuto 39). Esta vez fue Zupo quien detuvo la contienda. Renaud-David y Sifre devolvieron la esperanza a su hinchada, pero quien realmente emergió como héroe de la contienda fue Jorge Oliva.
El ex guardameta alcarreño detuvo dos siete metros casi consecutivos a los tiradores alcarreños y lo que es más importante, dinamitó su confianza. Víctor Frade igualó la cita a 21 y en la enésima contra visitante, Adrián Sifré puso por delante a los suyos a 127 segundos para el final. Garralda solicitó su último tiempo muerto y esta vez sí que preparó la acción con esmero. Posiblemente, la jugada soñada no se llevó a la práctica, pero lo cierto es que Reig marcó el 22-22 a 54 segundos del final. 54 polémicos segundos porque el Balonmano Guadalajara robó el balón y lanzó un contragolpe, pero la pareja arbitral señaló una discutida infracción de Javi Parra. 54 segundos que, a la postre, no movieron el electrónico y que permitieron irse satisfechos a ambos conjuntos.
Así las cosas, habrá que esperar otro año más para ver si Guadalajara festeja un éxito ante su vecino regional. Y es que la última se remonta al año 1994, tiempos en los que un tal José Emilio Amavisca y un tal Koke Contreras jugaban en el Real Madrid. Curiosamente, lo mismo que este viernes, cuando ambos disputaron un partido de veteranos en el Multiusos. Sin duda, los vintage está de moda, también en Carnaval.