Alemania castiga la inocencia polaca
01/10/2010 - 09:45
Por: COLPISA
Fútbol- Eurocopa
La pelea fue el denominador común durante todo el encuentro, que incluyó alguna que otra bofetada y más de un pisotón .El primer golpe llegó en el minuto 20. Ya no cabían más perdones en la libreta de Joachim Low. Podolski, que vestía de blanco pero su apellido delataba sus raíces polacas, marcó a placer tras un pase certero de Klose, fruto de un fallo colectivo de la zaga rival, aunque el gol pudo A falta de veinte minutos para el final volvió a aparecer Podolski.
Los alemanes y los polacos miraban al cielo; algunos, al suelo. Nunca a los ojos, esquivos, espejos de un sentimiento. Aguardaban el pitido inicial, nerviosos, por el escudo que tenían enfrente. El partido, cargado de emoción, arrancó efervescente y con hambre de victoria que, en el caso de estas dos selecciones, trasciende la relevancia de los tres puntos para inscribirse en el apartado de las necesidades históricas. Derrotar al eterno enemigo equivale a ganarse el cielo, el perdón, la adoración de una nación. En un lado del campo, triples campeones del mundo; en el otro, el debutante en una fase final de la Eurocopa, llegado del Este, orgulloso y vulnerable. Duelo de las cabezas cortadas, pasional y duro, en el que la legión panzer se llevó la cabellera de su rival.
Alemania quiso imponer su ley desde el primer instante. La autoridad que otorgan los títulos. La posesión fue suya, dominio territorial, filosofía germana para embotellar y amedrentar al desafío polaco. El primer aviso llegó en el minuto cuatro, con la defensa centroeuropea aún dormida, que no tuvo su noche. Miroslav Klose y Mario Gómez se plantaron solos ante la portería de Boruc, vendido ante dos depredadores del área, libres para fusilar, que marraron de forma incomprensible una ocasión clarísima. Cuando parecía imposible fallar, el balón se marchó fuera.
La pelea fue el denominador común durante todo el encuentro, que incluyó alguna que otra bofetada y más de un pisotón. Los polacos, valientes, adelantaron sus líneas para presionar muy cerca de los dominios de Lehman. La idea de Beenhakker consistía en trabar la salida del balón de los alemanes, muy bien asentados en el campo, apuesta que funcionó sólo a medias, mientras duró la gasolina en el depósito de los hombres de rojo. Voluntariosos y entregados, abrazados a la ética del trabajo, trataron de cortocircuitar la distribución del juego rival, pero su defensa se descompuso en dos ocasiones puntuales y tiró el encuentro por el desagüe de la inocencia.
La noche de Podolski
El primer golpe llegó en el minuto 20. Ya no cabían más perdones en la libreta de Joachim Low. Podolski, que vestía de blanco pero su apellido delataba sus raíces polacas, marcó a placer tras un pase certero de Klose, fruto de un fallo colectivo de la zaga rival, aunque el gol pudo haber llegado en fuera de juego. No lo celebró el alemán. Pidió perdón a la grada, teñida de rojo, que hablaba su mismo idioma aunque iba con otros colores.
Polonia no se descompuso, aguantó el golpe de pie y siguió trabajando. Los hombres de Beenhakker lo intentaban, por las bandas y por el centro, pero les costaba encontrar el camino que llevara a la meta de Lehman. Hallaron un resquicio en la armadura teutona poco antes del descanso, gracias a la labor de Lobodzinski, que puso un balón en el corazón del área y localizó las botas de Zurawski, que lanzó fuera. Alemania reculó, cedió metros, aunque nunca tuvo dudas. Una galopada de Fritz estuvo a punto de aprovecharla Klose, otro germano de origen polaco, que tiró sin éxito del recurso del taconazo.
En la reanudación Polonia salió a por todas. Miró al marcador y se fue arriba. Nada que perder. Los hombres de Beenhakker apretaron a la máquina alemana, perforaron su escudo por los costados y trataron de torpedear su centro de operaciones, en el que Ballack se movió con discreción. Apenas fueron unas abolladuras en el caso protector germano. A falta de veinte minutos para el final volvió a aparecer Podolski. Marcó el 2-0 definitivo de una preciosa volea al aprovechar un regalo de la defensa polaca. De nuevo, pidió perdón. Alemania castigó con dureza la inocencia de su rival.
Alemania, 2 Polonia, 0
Alemania: Lehmann, Lahm, Mertesacker, Metzelder, Jansen, Fritz (Schweinsteiger, min. 55), Ballack, Frings, Podolski, Gómez (Hitzlsperger, min. 75) y Klose (Kuranyi, min. 90).
Polonia: Boruc, Wasilewski, Zewlakow, Bak, Golanski (Saganowski, min. 75), Lobodziski (Piszczeck, min. 65), Lewandowski, Dudka, Krzynowek, Zurawski (Guerreiro, min. 45) y Smolarek.
Árbitro: Tom Henning (Noruega). Tarjetas amarillas a Lewandowski, Schweinsteiger, Smolarek
Goles:
1-0.Minuto 20. Podolski.
2-0. Minuto 72. Podolski.
Incidencias: Segundo partido del Grupo B, disputado en el estadio Worthersee de Klagenfurt. 50.000 espectadores
Alemania quiso imponer su ley desde el primer instante. La autoridad que otorgan los títulos. La posesión fue suya, dominio territorial, filosofía germana para embotellar y amedrentar al desafío polaco. El primer aviso llegó en el minuto cuatro, con la defensa centroeuropea aún dormida, que no tuvo su noche. Miroslav Klose y Mario Gómez se plantaron solos ante la portería de Boruc, vendido ante dos depredadores del área, libres para fusilar, que marraron de forma incomprensible una ocasión clarísima. Cuando parecía imposible fallar, el balón se marchó fuera.
La pelea fue el denominador común durante todo el encuentro, que incluyó alguna que otra bofetada y más de un pisotón. Los polacos, valientes, adelantaron sus líneas para presionar muy cerca de los dominios de Lehman. La idea de Beenhakker consistía en trabar la salida del balón de los alemanes, muy bien asentados en el campo, apuesta que funcionó sólo a medias, mientras duró la gasolina en el depósito de los hombres de rojo. Voluntariosos y entregados, abrazados a la ética del trabajo, trataron de cortocircuitar la distribución del juego rival, pero su defensa se descompuso en dos ocasiones puntuales y tiró el encuentro por el desagüe de la inocencia.
La noche de Podolski
El primer golpe llegó en el minuto 20. Ya no cabían más perdones en la libreta de Joachim Low. Podolski, que vestía de blanco pero su apellido delataba sus raíces polacas, marcó a placer tras un pase certero de Klose, fruto de un fallo colectivo de la zaga rival, aunque el gol pudo haber llegado en fuera de juego. No lo celebró el alemán. Pidió perdón a la grada, teñida de rojo, que hablaba su mismo idioma aunque iba con otros colores.
Polonia no se descompuso, aguantó el golpe de pie y siguió trabajando. Los hombres de Beenhakker lo intentaban, por las bandas y por el centro, pero les costaba encontrar el camino que llevara a la meta de Lehman. Hallaron un resquicio en la armadura teutona poco antes del descanso, gracias a la labor de Lobodzinski, que puso un balón en el corazón del área y localizó las botas de Zurawski, que lanzó fuera. Alemania reculó, cedió metros, aunque nunca tuvo dudas. Una galopada de Fritz estuvo a punto de aprovecharla Klose, otro germano de origen polaco, que tiró sin éxito del recurso del taconazo.
En la reanudación Polonia salió a por todas. Miró al marcador y se fue arriba. Nada que perder. Los hombres de Beenhakker apretaron a la máquina alemana, perforaron su escudo por los costados y trataron de torpedear su centro de operaciones, en el que Ballack se movió con discreción. Apenas fueron unas abolladuras en el caso protector germano. A falta de veinte minutos para el final volvió a aparecer Podolski. Marcó el 2-0 definitivo de una preciosa volea al aprovechar un regalo de la defensa polaca. De nuevo, pidió perdón. Alemania castigó con dureza la inocencia de su rival.
Alemania, 2 Polonia, 0
Alemania: Lehmann, Lahm, Mertesacker, Metzelder, Jansen, Fritz (Schweinsteiger, min. 55), Ballack, Frings, Podolski, Gómez (Hitzlsperger, min. 75) y Klose (Kuranyi, min. 90).
Polonia: Boruc, Wasilewski, Zewlakow, Bak, Golanski (Saganowski, min. 75), Lobodziski (Piszczeck, min. 65), Lewandowski, Dudka, Krzynowek, Zurawski (Guerreiro, min. 45) y Smolarek.
Árbitro: Tom Henning (Noruega). Tarjetas amarillas a Lewandowski, Schweinsteiger, Smolarek
Goles:
1-0.Minuto 20. Podolski.
2-0. Minuto 72. Podolski.
Incidencias: Segundo partido del Grupo B, disputado en el estadio Worthersee de Klagenfurt. 50.000 espectadores