‘Aníbal tiene un plan’

19/12/2010 - 21:04 Rubén Martínez

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Foto: Rafa Martín
‘Aníbal tiene un plan’ es una de las citas que quedó para la posteridad de aquella famosa serie televisiva de los 90, el Equipo A. Una frase coreada con insistencia durante esta temporada por ‘La Zorra Alkarreña’ en apoyo a Aníbal. Canticos y arengas que han tenido que esperar hasta la penúltima jornada de la primera vuelta para contemplar un final feliz. Y es que Aníbal, marcó e hizo que la melodia del Equipo A sonara con estridencia en el Escartín gracias a un tanto, cuya importancia es mayúscula. El Depor, que arrastraba cuatro partidos sin ganar y sobre el que sobrevolaba ya la palabra crisis, venció a un férreo Pontevedra cerrando este histórico 2010 con un triunfo balsámico justo antes del parón navideño.
Comenzó a rodar el cuero con una pequeña revolución de Terrazas incluyendo en el once a Oinatz en el centro del campo y a Nico y Gerard Badia en la mediapunta en detrimento de Rubén Cuesta y Míchel, fuera de la convocatoria. El técnico vasco sorprendió a su homologo gallego, Castro Santos que como el mismo reconoció en rueda de prensa, modificó su planteamiento inicial tras conocer la alineación de los morados. Así los primeros compases se convirtieron en una partida de ajedrez, movimientos continuos de fichas, mucho rigor táctico y poco fútbol en una pequeña lucha de estrategas entre Terrazas y Castro Santos.
 
Con ambos contendientes atravesando momentos delicados, el miedo a perder primó y la zozobra se instaló en el Escartín. Los gallegos, tras varios meses sin cobrar y en vísperas de convocar huelga y los deportivistas, con cuatro jornadas sin ganar, no querían asumir riesgos por lo que el primer tercio de partido estuvo dominado por el centrocampismo, con mayor posesión para los de casa pero con una preocupante falta de profundidad. El experimento planteado por Terrazas tardó en funcionar pero con Moreno, Ernesto, Nico y Badía intercambiando posiciones en la mediapunta el desconcierto pontevedrés fue haciendo mella y poco a poco, los morados comenzaron a disfrutar de llegadas. Fue pasado el ecuador de esta primera mitad cuando un sutil pase de Ernesto entre líneas encontraba a Iván Moreno cuyo centro al corazón del área no era rematado por Juanjo por centímetros. No obstante, el Pontevedra puso la réplica dos minutos después en la primera de las dos oportunidades que generó en los 90 minutos de choque. Igor recogió un balón suelto dentro del área alcarreña, tras comérsela Javi Soria, pero su disparo sin fuerza moría en las manos de Saizar.
 
Los deportivistas atacaban a trompicones y sólo cuando evitaban el pelotazo fácil lograban acercarse a los dominios de Orlando Quintana. Javi Barral culminó una buena acción de Ernesto por la izquierda con una parábola que ser perdía por el lateral de la red dando carpetazo a los primeros 45 minutos. El paso por los vestuarios no cambió el decorado y mantuvo a dos equipos con demasiado respeto. No obstante Terrazas movió el banquillo y dio entrada a Oya y Aníbal, músculo en la medular y mordiente en ataque. Prácticamente quedó en anécdota el contratiempo acaecido con la lesión de Quesada. Los morados mejoraron ostensiblemente su imagen y el equipo gallego comenzó a recular hacia su propia portería, tanto que Castro Santos no tardó en pasar a defensa de cinco. Faltando 20 minutos para el final, el conjunto deportivista aumentó sus pretensiones atacantes, adelantó líneas y comenzó el asedio bajo el mecenazgo de Iván Moreno y Ernesto. La velocidad del primero y la calidad del segundo suponían un serio peligro al Pontevedra que, agazapado en la cueva, renunciaba prácticamente al ataque. Así, un excelente servicio de Ernesto a Iván Moreno acaba con el 17 del Depor mandando un pase de la muerte al que de nuevo no llegó por poco Juanjo. Esta acción serviría de preámbulo al tanto local de nuevo en una internada del jugador plasentino, que se marchaba de Gerardo y Noel Alonso, viendose este último obligado a derribar al extremo alcarreño. Segunda amarilla para el carrilero pontevedrés, que dejaba a su equipo con un hombre menos.
 
Con defensa cerrada y en superioridad numérica –tabú para el Depor– se daban todos los ingredientes para una nueva decepción en el Escartín pero entonces surgió la figura de Aníbal. El ariete madrileño envió a las mallas un extraordinario centro a la olla de Ernesto en una falta lateral provocando el éxtasis en la grada. Hasta el bueno de Terrazas, hombre calmado donde los haya, estalló de alegría en la banda. Y es que Aníbal, tal vez haya salvado el cuello del técnico vasco además de permitir al Depor sumar tres puntos de urgente necesidad. Fue un desahogo para todos. Y es que de haber pinchado ante el Pontevedra, los morados habrían despedido el año a siete puntos del play-off y en una sitaución peliaguda. Pero no fue así, los puntos se quedaron en casa y Aníbal evitó la que habría sido una auténtica ‘pesadilla antes de navidad’.