AÑO 2005: Aquel día en el que el CD Marchamalo empezó a reescribir su historia

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Recordemos cómo fue ese partido decisivo en el que logró el sueño. El equipo afrontaba una eliminatoria a doble vuelta ante el Quintanar de la Orden. En la ida, ganó en La Solana por un claro 3-0. Tocaba no obstante, rubricar el ascenso en tierras toledanas. ‘El Marchamalo, a un paso de reescribir su historia como club”, titulaba en Nueva Alcarria el periodista Álvaro García. En su información recogía cómo todo el pueblo estaba volcado con el equipo y adelantaba la presencia de al menos tres autocares de aficionados gallardos en Quintanar.

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Este partido no fue brillante, pero sí efectivo. El 3-0 de la ida hizo jugar cómodos a los de Manolo Andradas. La clave estaba en mantener su portería a cero y así fue. Con una férrea defensa y mucho trabajo para evitar las acometidas locales, el Marchamalo logró el reto. El 0-0 final se convirtió en toda una fiesta. El sueño se había hecho realidad. Sus jugadores entraron en la historia del deporte de Marchamalo por la puerta grande. En aquella  decisiva cita el cuadro marchamalero jugó con Jesús, Juan Ongil, Raúl Alcocer, Diego, Alfonso, Rubén, Bris, Isra (Mena, 82’), Daoiz (Julio, 65’), Picazo (Toño, 46’) y Alberto (José Carlos, 89’).

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300 incondicionales gallardos tomaron el campo del Quintanar. Al final del partido celebraron por todo lo alto el ascenso. Imágenes como las que recogió entonces Nueva Alcarria, ya quedan para el recuerdo, entre ellas la de las dos aficiones unidas y la del aplauso de los jugadores a su fiel afición.

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Al regreso de la expedición a casa la fiesta fue total. No era para menos. Marchamalo se volcó con su equipo y más de un millar de aficionados se congregaron en la plaza del Ayuntamiento para agradecer el esfuerzo al club gallardo. Los jugadores y el cuadro técnico, con Manolo Andradas a la cabeza, recorrieron el pueblo a bordo de un autobús descapotable. Fueron muchos los que quisieron trasladar las felicitaciones y desde el balcón del ayuntamiento, el alcalde, Rafael Esteban, tomó la palabra, al igual que el presidente del club, Jesús Oñoro. También intervino Manuel Andradas y cómo no, los jugadores, que con sus cánticos y dedicatorias dieron paso a la fiesta, con verbena y cerveza gratis para todos los vecinos.

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Muchos de los grandes aficionados aún recuerdan ese día. Las imágenes de la celebración mostraron la unión de todo un pueblo, con su alcalde Rafael Esteban, a la cabeza, y un equipo, el gallardo que se había ganado un hueco entre los mejores del fútbol regional. 

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Las celebraciones duraron varios días y tras la fiesta en el Ayuntamiento y el paseo en autobús, la plantilla quiso ofrecer el premio al patrón de Marchamalo, el Santísimo Cristo de la Esperanza. El capitán, David Rubio, depositó un ramo de flores a los pies del Gallardo, como ofrenda al santo. Marchamalo escribía así una página en la historia de su deporte, una historia que hoy 15 años después sigue abierta, con un nuevo ascenso del equipo a Tercera. Qué esta vez sea para mucho tiempo.