Bozalongo y Barbero desmontan al Villa de Aranda

20/02/2016 - 12:22 Ana G. Hernández

El BM Guadalajara se deshizo del Villa de Aranda en un partido que fue perdiendo durante muchos minutos. De hecho, los amarillos habían sido mejores. Sin embargo, en el minuto 14 de la segunda mitad, los morados cogieron el timón para no soltarlo con un Barbero estratosférico bajo palos y un Bozalongo (diez dianas) soberbio durante todo el choque. Ambos capitanearon a un Guadalajara que, en esta segunda vuelta, sigue viviendo los mejores momentos de la temporada.


El choque comenzó con un Villa de Aranda muy enchufado, en parte por su situación clasificatoria, en parte porque las más de cincuenta gargantas les animaban a estar a tope. Así las cosas, Javi Muñoz y Cakic pusieron la primera renta favorable en el marcador para el equipo visitante, aunque sería Moreira el que más contribuiría a que el marcador fuera de cara para los amarillos en estos momentos. Y es que, desde el pivote, el número 20 estaba haciendo pupa a la defensa alcarreña: tres goles en 9’36’’ mantenían la diferencia en el luminoso (3-5). Pero dos goles de Mellado, en sendas contras, la primera en un robo del extremo y la segunda en otro de Chiuffa, pusieron las tablas tras once minutos disputados.


Luego llegarían las exclusiones de Mikel Redondo, que acabó con parcial 1-1, y después la de Revin, que, curiosamente, terminó siendo favorable a los arandinos. No en vano, cada vez encontraban más facilidad para anotar. Así las cosas, y con Nantes como principal revulsivo en las filas visitantes, el Villa de Aranda volvía a conseguir la renta de dos goles con la que comenzó el partido (8-10). Una renta que hubiera sido superior si no llega a ser por la actuación ofensiva que estaba realizando Bozalongo. Tras 20 minutos, el lateral morado se destacaba con cuatro goles en su casillero (9-10).


Pero ni con Bozalongo como estrella, acabó con seis tantos la primera media hora, el BM Guadalajara conseguiría no ir a remolque durante toda la primera parte. Y es que, aunque su ataque estaba rindiendo, la defensa no estaba rallando a su mejor altura. De hecho, los arandinos tardaban entre diez y quince segundos en orquestar una jugada que acabara en el fondo de las mallas. De ahí que César cediera el testigo bajo los palos a Eceolaza en detrimento de Barbero, en busca de una reacción. El bajón defensivo alcarreño coincidía con la entrada de la segunda unidad a la cancha. Una segunda unidad incapaz de aprovechar las exclusiones de Nantes y Javi Muñoz. Así las cosas, Canyigueral, en apenas cinco minutos, anotó tres goles que dejarían el tanteador al descanso en un merecido 13-16 para el conjunto de Jacobo Cuétara. Su equipo había sido capaz de desconectar a Chiuffa y a Márquez, dos de las grandes referencias guadalajareñas, pero sobre todo había sido capaz de hacer mucho daño en una defensa que, a estas alturas, ya tenía a su jugador más experimentado, Mikel Redondo, con dos exclusiones.


La segunda parte comenzó sin tregua y con intercambio de golpes incluido. Bozalongo seguía por sus fueros, pero Canyigueral, enchufadísimo durante los últimos minutos del primer acto, también. Y si la afición del BM Guadalajara veía el primer gol de Márquez, la arandina podía disfrutar del de Cakic. Tres cuartas de lo mismo pasó con la vaselina que marcó Montoya y que supuso la exclusión de Part, y con la respuesta desde el extremo de Bicho (17-20). Sin embargo, un tanto desde los siete metros de Chiuffa y otro de Sedano desde el pivote apretaban las cosas hasta el 19-20 y subían los decibelios en el David Santamaría. Subieron lo justo para que Nantes, desde diez metros, callara cualquier tipo de insurrección. Sin embargo, las dinámicas estaban contrapuestas. El Villa de Aranda malvivía con su renta y con fogonazos de los suyos, mientras que el BM Guadalajara había engrasado su defensa y había apretado la situación, especialmente, tras dos paradas de Barbero, la última ayudado por el palo, que aprovecharon en sendas contras Parra y Chiuffa. El brasileño anotaba su primer gol en juego, puesto que anteriormente solo había fusilado desde los siete metros.


El empate estaba servido (22-22) y la afición arandina, que se las prometía muy felices al descanso, estaba como su equipo, nerviosa. De hecho, los de Cuétara habían perdido el temple que les llevó la primera parte a comandar el marcador. No en vano, era el BM Guadalajara, 44 minutos después y por primera vez en el partido, el que se ponía por delante en el marcador (23-22) con un siete metros soberbio de Chiuffa, amago incluido. Los morados aprovechaban de esta forma las dos exclusiones que los colegiados le habían concedido a su favor, aunque con un hombre menos por los dos minutos decretados a Márquez por un rifirrafe con Part. De ahí que Mellado pusiera tierra de por medio con el 24-22.


Pero el Villa de Aranda se repuso a las adversidades con un gran Rangel bajo palos y dos contragolpes mortíferos de Bicho y Javi Muñoz que supusieron la igualada (22-22). Una igualada que convino otro intercambio de goles. Una vez más se demostró que los ataques se estaban imponiendo a las defensas, festín de goles incluido. Aún así, la defensa alcarreña parecía más entonada, complementando el 6-0 con Mellado como avanzado. Los resultados se dejaron ver poco después cuando dos tantos de Chiuffa en dos contragolpes abrían hueco en el marcador a falta de siete minutos (28-25). Y si a la rutilante aparición del extremo brasileño se suma la actuación bajo palos de Barbero, con una sombra muy alargada en acciones muy claras para los castellanos, y que Bozalongo, tocado por la varita, anotaba goles imposibles, era inevitable que el resultado siguiera creciendo (31-26). Cinco goles que fueron renta suficiente para que el BM Guadalajara no pasara apuros hasta el final, a pesar de que los arandinos apretaron hasta forzar el 32-30.