Cinco partidos para alcanzar el cielo y evitar el infierno

19/04/2013 - 17:17 Rubén Martínez

Las cuentas de los rojinegros pasan por ganar sus tres partidos del San Miguel, incluido el del sábado ante el Hellín. Los gallardos por su parte, siguen en el farolillo rojo, no dependen de sí mismos y apenas pueden permitirse fallos pero aún albergan esperanzas de quedarse en Tercera.
Para lo bueno y para lo malo, el Azuqueca y el Marchamalo se juegan toda la temporada a una carta. O mejor dicho, a cinco, es decir las jornadas que restan para la conclusión de la Liga. En el horizonte rojinegro, está alcanzar su segundo play-off consecutivo. Sería el tercero en las últimas cuatro temporadas, algo al alcance de muy pocos y todo un hito para un club humilde y con serias limitaciones en el plano económico. El Marchamalo por su parte, lo tiene más complicado para evitar el descenso después de ocho temporadas en Tercera División. Si bien es cierto que al Azuqueca se le está haciendo eterno el final de temporada –ha perdido el colchón de puntos respecto a sus perseguidores– no lo es menos que se encuentra en una situación privilegiada para culminar su participación en la fase de ascenso. Lleva más de cinco meses –desde la decimosexta jornada– entre los cuatro mejores y solo le falta dar el ‘espaldarazo’ definitivo.

Precisamente esta jornada puede resultar crucial para las aspiraciones azudenses. Porque visita el San Miguel el Hellín –llega con graves problemas económicos–, uno de los candidatos a arrebatar al Azuqueca su ampliamente merecida plaza de play-off. Además le vendría de perlas que otro de sus competidores, el Talavera de la Reina, se dejara algún punto el domingo en su visita al Salto del Caballo. Miguel López tendrá para el partido las bajas seguras de Olcina y Carlos García y la duda de Álvaro Mata. En cualquier caso las cuentas de la lechera pasan por ganar los tres partidos que restan en el San Miguel, entre ellos el derbi frente al Marchamalo de la última jornada.

Llegados a ese punto, tanto azudenses como marchamaleros esperan encarar esa cita con los deberes hechos puesto que un duelo fratricida entre ambos equipos alcarreños con el play-off y el descenso en liza sería casi melodramático. Mientras, el Marchamalo afronta la recta final de Liga con lógica preocupación. Ocupa el farolillo rojo y ahora mismo se encuentra a seis puntos de la permanencia. Tras la destitución de Emilio López Amado, la tarea de salvar al equipo quedó en manos de Quique López pero las victorias tampoco han llegado y evidentemente, el tiempo juega en contra de los verdillos. Arrastran una docena de jornadas sin conocer el triunfo y solo han sumado tres puntos de los últimos 33 en juego por lo que sería necesaria una remontada de épicas dimensiones para evitar el innombrable descenso. En resumidas cuentas, cinco partidos y quince puntos separan a los azudenses del cielo y a los gallardos del infierno. La primera meta volante en esa carrera por el play-off y la permanencia respectivamente es este fin de semana. Ante la importancia de dichos encuentros ambos clubes han decidido llevar a cabo sendas iniciativas para hacer del San Miguel y La Solana una olla a presión.

El primer gol lo mete la afición
Cualquier ciudadano de Azuqueca en posesión de la Tarjeta Ciudadano o que acuda en compañía de un socio del Club Deportivo Azuqueca podrá asistir al partido por el módico precio de tres euros. Mientras la Junta Directiva del Marchamalo ha decidido que con cada socio puedan entrar, de forma gratuita, otros dos acompañantes. A esto se suma que con cada alumno de las Escuelas Municipales Deportivas de Marchamalo también podrán entrar al partido dos adultos totalmente gratis. En lo estrictamente deportivo, el Azuqueca (tercero) recibirá el sábado a partir de las 18.00 horas al Hellín (cuarto). Los de Miguel López suman, por primera vez en toda la temporada, tres partidos sin ganar pero son conscientes de su fortaleza en casa. Los marchamaleros, con toda la plantilla al completo, esperan poner la primera piedra de la permanencia ante un Illescas virtualmente salvado y que llega a La Solana con la posibilidad de obtenerla de forma matemática.