Como buenos vecinos

21/02/2016 - 17:09 Ana G. Hernández

El Marchamalo y el Azuqueca firmaron el empate en un partido disputado, aunque poco vistoso para la afición congregada en La Solana. Y eso que ambos conjuntos lo intentaron, pero muchas veces sin la claridad necesaria para poner la sal necesaria al guiso. Los goles de Miguel Pérez, en la primera parte, y de Guille Gese, en la segunda, dieron muestras de qué derroteros fue tomando el derbi provincial en cada momento.


Y es que, la primera parte fue de claro dominio gallardo. Los de Nito Alonso aprovechaban que sus rivales no están acostumbrados a jugar sin Esaú como referencia. De hecho, el Azuqueca nunca pareció cómodo, a pesar de que Gonzalo, de cabezazo en una falta botada por Rojas, y Pablo Rojas, que no encontró un remate claro tras una salida fallida de Chen, cerca estuvieron de dar el gol al equipo visitante. Dos acciones que, aunque aisladas, sí que removieron conciencias en La Solana. Y eso que su equipo estaba siendo mejor. Mejor porque Palencia comandaba el centro del campo y porque tenían muy bien estudiada la lección: había que hacer daño desde media distancia. De hecho, fue desde ahí desde donde contaron con dos de las acciones más claras del duelo. Una en el minuto 28, a cargo de Zamora, y otra en el 45, con Lucas como protagonista. En la primera, el 7 verdillo lo probó desde más de 30 metros colisionando el esférico de forma violenta con el larguero. En la segunda, el extremo argentino chutaba desde la frontal y el efecto que imprimió a la pelota le hizo chocarse contra el poste derecho. Sin embargo, entre medias, el Marchamalo había encontrado justo premio a su dominio. Lo hizo después de que Miguel Pérez aprovechara su soledad dentro del área para batir por el palo largo a Javi Alonso en el minuto 31. Un Javi Alonso que, por cierto, ya había sacado un fortísimo disparo de Cabanillas en los primeros minutos del partido.


Pero en la segunda mitad, el Azuqueca cambió. Cambió su planteamiento y con él la dinámica del partido. Javi Heranz dejaba su testigo en la punta de ataque a un Gonzalo que empezaría a actuar como falso nuevo. Además, Joselu Sánchez, técnico rojinegro, dio entrada a uno de sus jugadores más desequilibrantes, Guille Gese. Un cambio muy acertado si se tiene en cuenta que cinco minutos después de entrar en el terreno de juego lograría el empate tras un pase de la muerte que envió Pancorbo. El Azuqueca aprovechaba así su peligro a balón parado y la falta de contundencia gallarda al despejar. Cierto es que tres minutos antes podía haber sido Manolo el que hubiera puesto tierra de por medio si hubiese tomado una mejor elección en una contra.


Con el empate y con el Azuqueca más asentado sobre el campo, los rojinegros intentaron dar la vuelta al marcador por mediación del propio Guille con un tiro desde la frontal que repelió Chen. Y es que, los azudenses empezaban a incordiar con asiduidad a sus vecinos por lo que Nito Alonso decidió refrescar su medular y con ella dar más aire a su equipo. Fruto de ello llegó una nueva ocasión para su escuadra en las botas de Dani que salvó Javi Alonso cuando se colaba. Una oportunidad, la del minuto 36, con la que se cerró la contienda puesto que ni Cabanillas ni Guille fueron capaces de aprovechar ni el resbalón de Pancorbo ni la falta de entendimiento de Illana y Dani, respectivamente.