Como en casa en ningún lado

26/10/2013 - 23:21 Juanjo Ortega

El Balonmano Guadalajara sigue opositando a ser el protagonista del próximo anuncio de esa conocida marca de turrones cuyo jingle reza aquello de “vuelve a casa, vuelve”. Porque una vez más, los alcarreños mostraron su mejor cara ante su afición y se merendaron al principal candidato al subcampeonato, el Naturhouse La Rioja, un equipo de la Liga de Campeones que este sábado hincó la rodilla por un contundente 35-30.
Un marcador algo engañoso puesto que durante buena parte del choque, el ataque riojano se topó con una defensa que rozó la excelencia. Sólo el carrusel de goles en el inicio del segundo tiempo (7-7, en apenas seis minutos y medio) disparó los guarismos de un equipo que llegaba con vitola de coco y se fue como un queso gruyere. Porque este sábado no sólo funcionó la defensa en el combinado de Mateo Garralda. También en ataque lo bordaron los locales, si bien en esta faceta se vivió algún bache más que hizo rememorar fantasmas del pasado más reciente. Pero eso fue en el segundo acto, porque en el primero, el Balonmano Guadalajara no dio opción. Amparados en el acierto de Diego Moyano bajó palos (‘El Abuelo’ completó el primer acto con un 39% de acierto en sus intervenciones), los morados tomaron los mandos en el electrónico. Sólo en una ocasión estuvo por detrás el equipo local. Fue en el minuto 2 cuando Capote estrenaba el marcador tras una sucesión de ataques errados en ambas porterías. El gol sólo advirtió de una cosa, el daño que el lateral riojano iba a hacer en esos primeros minutos. De hecho, parecía ser el único que le tenía la medida tomada a Moyano, pero la dinámica cambiaría con el correr del reloj. Para cuando esto ocurrió, el Balonmano Guadalajara ya luchaba por romper el encuentro.

Con Vigo como principal estilete, los locales obligaron al técnico visitante a solicitar su primer tiempo muerto mediado el primer acto (8-5). Las instrucciones de Jota se quedaron en nada porque apareció un soberbio Valadao en defensa, muy bien secundado por el resto de sus compañeros. El recital defensivo disparó la ventaja hasta los siete goles (15-8, minuto 24). Sin embargo, el Naturhouse logró reponerse y detener la sangría en el sprint final de ese periodo.

Con un 17-12 llegó el periodo de reflexión para los visitantes y el de reponer fuerzas en los locales. La premisa era evidente: mantener el nivel en el segundo acto. Y para ello, Garralda dio carrete a Muíña, un jugador que aporta goles, experiencia y, sobre todo carácter. Pese a todo, el inicio del segundo tiempo fue atípico. Pocas veces se habrán marcado tantos goles en tan poco tiempo (14 en apenas 392 segundos). Garralda y Jota se desesperaban en la banda viendo que cómo todo el potencial ofensivo de sus hombres quedaba en nada por su fragilidad defensiva. Por fin, una de las defensas, la del Naturhouse, dio un paso al frente. La consecuencia fue inmediata, parcial de 0-4 y arrancaba un nuevo partido (24-23, minuto 41’). Para colmo, Valadao era excluido.

Sin embargo, para sorpresa de propios y extraños, el Guadalajara atemperó sus dudas y expulsó los fantasmas con un arranque de carácter y buen balonmano que originó un 5-1 de parcial (29-24). Jota volvió a llamar a capítulo a sus hombres, pero era demasiado tarde. La tradicional pájara local se había esfumado y lo que se quedaba en el David Santamaría eran los puntos. Los puntos, la confianza de que se puede y la convicción de que en casa, el Balonmano Guadalajara es mucho Balonmano Guadalajara.