Cuestión de efectividad en Valdebebas

24/02/2013 - 16:27 Enrique Ballesteros Botía

El Guadalajara perdió en el Alfredo Di Stéfano por 2-1 ante el Real Madrid Castilla en un partido frío en el ambiente, pero cálido de buen fútbol, sobre todo en su segundo periodo, donde los alcarreños merecieron mejor suerte pero en el que los blancos gozaron de mayor pegada. Los morados fueron serios pero rácanos en la primera mitad, aunque reaccionaron en la segunda, no aprovecharon sus oportunidades y lo pagaron con la derrota.
Carlos Terrazas, por fin con toda su plantilla disponible exceptuando el sancionado Razak, lo había predispuesto todo para evitar el posible el arsenal en ataque de un filial blanco al que, según sus declaraciones, poseía un peligroso caudal ofensivo. Con el mismo sistema del que lleva haciendo gala a domicilio desde que es entrenador, Jony se ahuecó entre los centrales, para que Erice y Álvaro Antón, con ayuda de los interiores, apoyaran en la presión, en un sistema 4-1-4-1 más que manifiesto. El entramado táctico maniató a un inquieto Real Madrid Castilla que el único peligro que causó fue a través de buenas combinaciones colectivas. Un remate de cabeza de Cheryshev y un disparo desde dentro del área desviado del polémico Jesé fueron las aproximaciones en un fuerte arranque blanco que los morados intentaron capear.

Tras este inicio bien controlado por los visitantes, solo una grieta en el engranaje permitió que los madrileños se adelantaran en el marcador. César y Vicente vivieron un auténtico suplicio en su banda durante estos compases por las continuas internadas de Juanfran, sin duda el más activo del partido. Una escapada por su banda derecha sirvió en bandeja al corazón del área a su colega Jesé para que éste marcara el primer tanto de la contienda. Con el marcador a favor, los de Toril tuvieron más cuidado en su parcela defensiva y esperaban a un Guadalajara que si se plantó bien en retaguardia pero estuvo tímido en la vanguardia. En los albores del descanso, dos remates forzados fueron el bagaje ofensivo de los de Carlos Terrazas. Antes del mismo, la cabeza de Azkorra no llegó bien al servicio desde la izquierda de Vicente. Después del asueto, Álvaro Antón botaba una falta desde el vértice y César en posición franca enviaba el esférico por encima del travesaño. Fueron oportunidades más psicológicas que reales, casi sin quererlo, el Guadalajara arrinconó en su propio campo al Real Madrid Castilla, desaparecido posiblemente por la presión morada.

Lo mejor del Depor
Era el preludio de la mejor fase del encuentro de los de Carlos Terrazas que disfrutarían de dos acercamientos inmejorables para empatar. En primer lugar, un esférico que se paseó por toda la frontal canterana fue rematado con zurda por Vicente que repelió Mejías a corner. En dicho saque de esquina, otra vez César con la testa pudo empatar el choque dando por buena la magnífica asistencia de Javi Barral pero no fue así. Cosas del fútbol, salió a relucir la calidad en forma de pegada del Real Madrid Castilla cuando el panorama pintaba mejor para los forasteros. Cheryshev no perdonó dentro del área una acción que tuvo su desarrollo en una serie de rechaces y en la asistencia de Jesé. Carlos Terrazas movió ficha que no sistema. Sustituyó jugador por jugador y el encuentro no varió para sus intereses.

Inmediatamente, tuvo dos ocasiones más en un disparo centrado de Kepa y, sin duda la más clara, en un remate a bocajarro de Cristian de cabeza a centro de Vicente desde la izquierda que Mejías, acrobáticamente y sobre la línea de gol, repelió con el cuerpo. La pólvora estaba mojada y así era imposible. Es más, Óscar Plano perdonó el tercero en lo que hubiera sido el colmo de la injusticia. Solo había pasado un cuarto de hora de la reanudación, y el nudo del encuentro había sucedido desgraciada y frenéticamente; el envite, entonces, se tomó un respiro. Los planteamientos tácticos volvieron a imponerse sobre las individualidades, si bien es cierto que los fallos de control y entrega se agudizaron en ambos contendientes.

El entrenador vizcaíno quiso dar una vuelta de tuerca a una situación que se estaba durmiendo colocando a dos delanteros con la entrada de Juanjo. Las consecuencias no se hicieron esperar. El exsevillista y campeón de la Uefa con el Sevilla, Kepa Blanco, se erigió en verdadero protagonista de la ilusión. Primero al rematar fuera, solo y de cabeza un formidable envío enroscado de Álvaro Antón en el minuto 73, y poco después, en el 77, al empujar un barullo en el área para recortar diferencias en el marcador. A partir de entonces, el partido enloqueció, afloraron los nervios pero no había claridad en las llegadas. En el fragor de la batalla y sin ocasiones de intentar el empate, el encuentro murió sin más solución para el Guadalajara, dejando sin premio un más que meritorio partido.