Dos minutos nefastos acaban con el colchón de puntos del Azuqueca

14/04/2013 - 21:51 Optasports

 
El Azuqueca no pudo sacar nada positivo de su visita al Cerrú después de proponer un partido de líneas adelantadas y encontrar la muerte en el espacio, donde corrieron los industriales en los primeros diez minutos para resolver el choque por la vía rápida. Dos balones al espacio para José Manuel acabaron decidiendo el partido, mientras que los azudenses, con ochenta minutos por delante, no encontraron la forma de meterle mano a un equipo local muy bien plantado.
No quiso Miguel López esperar al Puertollano atrás, pero más le hubiera valido. Adelantó la línea de atrás y dejó un mundo entre sus defensas y Javi Alonso. Por allí entró José Manuel como un puñal a los ocho minutos para definir en un toque sutil sobre la salida del meta. Por allí volvió a penetrar dos minutos tras un buen balón de Culebras para ganar línea de fondo y esperar el tiempo justo para hasta la llegada del delantero. Dos zarpazos y dos goles que pudieron ser más, pero entonces apretaron los visitantes al pasador, ajustaron el centro del campo y los balones al espacio no llegaban con tanta limpieza.

Despertó un poco el Azuqueca cuando se recuperó de los dos goles seguidos, pero jamás encontró la fórmula para asustar. Primero, porque el Puertollano ató con derroche físico la segunda jugada que procuraba para sus compañeros el pecho de Esaú. Segundo, porque a pesar de la diferencia de estatura no encontró nunca la posibilidad de romper el encuentro por arriba. Un remate alto de Miguelón tras un rechace fue lo mejor que puso en su haber en la primera parte el cuadro azudense. En la segunda mitad, el Azuqueca emparejó la posesión pero no encontró el camino hacia la meta de Reguero.

Para frenar una hipotética remontada, el partido se paraba a cada instante con continuas faltas por uno y otro lado. Lanzamientos lejanos y balones colgados fueron el mejor bagaje visitante, que no encontraron en los cambios tampoco la reacción que buscaban. Atrás no sufrían porque al Puertollano le faltó el último pase para haber roto el partido, pero no le hacía falta afinar. Sabía que los dos zarpazos tempraneros le daban ventaja suficiente, una ventaja que ni siquiera en sensaciones el Azuqueca pudo emparejar.