El alcarreño Carlos García Pasán consigue el octavo dan de judo

Carlos García Pasán, director técnico de la Escuela de Judo Inokuma de Guadalajara, ha conseguido recientemente el octavo dan de judo. Se trata del primer alcarreño en obtener esta distinción en este deporte olímpico. El maestro García Pasán es uno de los pioneros de este marcial en Guadalajara. De hecho, fue el primero en conseguir el cinturón negro. Fue en Valencia en 1975. En ese momento ya practicaba el judo en Madrid, en la Escuela Kijote bajo la dirección del que fue siempre ha sido su maestro, José Navarro de Palencia –9º dan cinturón rojo– fallecido el año pasado–. Desde entonces sus pasos se han encaminado a trabajar por el judo y a poner el nombre de Guadalajara en lo más alto de este deporte tanto en España como fuera del país. “Estoy muy feliz porque puedo decir que he trazado un rumbo y lo he conseguido”, explica el maestro y añade que “cuando era solo un joven que empezaba a hacer judo con 19 años quería ser el mejor y llegar por lo menos al séptimo dan; ahora consigo el octavo y parece que sigo empezando, aprendiendo y trabajando mucho, con la misma ilusión de entonces”.

El maestro alcarreño también fue el primero en Guadalajara en conseguir el segundo dan (1978), el tercero (1982), el cuarto (1988), el quinto (1992), el sexto (1998) y el séptimo (2006). Además, en su extenso currículo aparece el título de monitor nacional (1976), de entrenador regional (1978), de maestro nacional (1979), maestro especialista en kata (1985), fundador de la Comisión Nacional de Kata (1998) o juez nacional, continental y mundial de kata.

A partir del año 2000, García Pasán decidió trasladar sus conocimientos sobre el judo a distintos países, por Europa y el resto del mundo (Japón, Senegal, Cabo Verde, Chile, Argentina, Perú, México, Brasil o Uruguay). En ese periplo hay que destacar su programa de judo solidario en 2013. En ese periodo recorrió diversos rincones de África como Senegal, Congo o Cabo Verde –donde se encargó de organizar la Federación de Judo–, trasladando su pasión a aquellos con menos recursos. “Es una satisfacción personal decir que trabajo por el objetivo del judo que es ayudar a los demás. Es una satisfacción tan grande que uno se siente vivo”, declaraba a su regreso de África en una entrevista a Nueva Alcarria.

Actualmente se encuentra en Uruguay, donde ha sido enviado por la Federación Internacional de Judo y el Comité Olímpico como director técnico del equipo nacional uruguayo. Su intenso trabajo por y para el judo, durante más de 40 años, ha sido reconocido con este meritorio octavo dan.