El Atlético de Madrid ‘B’ alza el Trofeo Alcarria por la mínima
Los pupilos de Gonzalo Ónega no se amedrentaron frente a un Primera RFEF y desplegaron buen fútbol.
Primer balón, primera oportunidad para jugar. Así es la filosofía de Gonzalo Ónega. Vitolo espero los primeros pasos de la carrera de Niño para jugar hacia Richi Souza. Y así en cada salida de balón. El Pedro Escartín estaba listo para presenciar un fútbol de la más alta calidad.
El Atlético de Madrid tampoco se quedaba atrás y demostraba la misma valía para construir desde atrás. Era un tú a tú. Conceptos similares, diferente aplicación en el juego.
Vitolo, guardameta del Dépor, se encontraba a gusto. Evitó el primer tanto del Atlético de Madrid gracias una magnífica atajada en el minuto 16. Salim, tras el rechace, envió el balón a las nubes.
Era un tanteo mutuo. Ambos equipos gozaban de llegadas y se repartían la posesión, aunque el Atlético de Madrid aumentó el ritmo pasado el ecuador de la primera mitad. Los dos minutos de hidratación afectaron al ritmo de los rojillos, con varios jugadores de la cantera en su plantilla.
Richi Souza, excelso, ejercía de ancla en defensa y, Rojas, de Stevens. Lateral sin balón e interior con él. Muy correcto con el esférico en sus pies. Richi Povedano, con ficha del filial morado, se había despertado incombustible. Los centrales rojiblancos tuvieron que emplearse a fondo para frenarle.
Vitolo se ganó a pulso el aplauso del público después de otra parada al borde del descanso. Cala y Niño aprovecharon una pérdida de balón para avanzar por el espeso natural del Pedro Escartín a un ritmo vertiginoso.
El Atlético de Madrid avisa una y dos veces, pero no tres. Assan recogió un mal despeje al borde del área y golpeó de primeras. El balón termino colándose en la portería de Vitolo por el barullo de piernas existente en el área pequeña. Gol en la última jugada. Fin del primer tiempo. 0-1.
Los dos entrenadores realizaron multitud de cambios para la segunda mitad. Luis García cambió a nueve jugadores mientras que Gonzalo Ónega lo hizo con todo el once inicial.
El Dépor sometió a su rival durante el principio del segundo acto. Movían el balón y, con combinaciones en corto, avanzaban metros poco a poco, hasta llegar a tres cuartos. Pero el guion no tardó en cambiar.
Álex Herrero tuvo que volar para evitar el segundo. Mario envió un disparo lejano a la cruceta, el balón toco a uno de sus compañeros, en posición antirreglamentaria, y regresó al fondo de la red. Gol anulado.
La gente volvió a animarse después de un disparo de Cheki, por encima del larguero, de Gerar (atajado por Gomis) e, Iván Riveiro, posteriormente, envió la redonda al palo. “¡Dépor! ¡Dépor!”, gritaban los más de 200 aficionados en las butacas del Pedro Escartín.
Los delanteros del conjunto madrileño esperaban como hienas una pérdida de balón en zona comprometida. Iván Moreno erró en un regate, los rojiblancos trenzaron una excelsa jugada y el derechazo de Abde terminó chocando con el poste.
La pausa de hidratación sirvió de descanso para los chicos de Ónega, altamente superado durante esos siete minutos. Darío García y Morcillo sustituyeron a Cheki y a Nanclares para afrontar el último cuarto de la mejor forma posible.
Y así fue. Los morados volvieron a intimidar en los minutos finales, sin suerte. Iván Riveiro tuvo la última en sus botas con un disparo desde lejos que silbó el larguero de Gomis, que sustituyó al molinés Alejandro Iturbe en la segunda mitad. Así, el Atlético de Madrid ‘B’ alzó el Trofeo Alcarria por la mínima.