El BM Guadalajara pone el espectáculo en el Santamaría
23/11/2013 - 21:27
El rugido de la Kawasaki de Sergio Mora, campeón de la Copa de España, sobre la pista del David Santamaría, era premonitorio. El piloto alcarreño ha hecho de la velocidad su mejor aliada durante toda la temporada y daba con su moto la vuelta de honor a la cancha en los prolegómenos del partido. Así comenzaba la fiesta y el Balonmano Guadalajara se hizo dueño de ese grito de gas, gas que identifica a Sergio Mora en sus carreras y superó casi desde la parrilla de salida al Anaitasuna.
Todo funcionó bien en el cuadro de Garralda. La defensa, casi perfecta algo que no es noticia, con un Diego Moyano que se acercó al 50 por ciento en las paradas y que a buen seguro aparecerá en las peores pesadillas de algunos de los jugadores del Anaita. También funcionó el ataque y eso sí es digno de mención. Y es que todo el equipo ha sabido dar ese paso adelante que pedía el entrenador tras la lesión del goleador Kike Plaza. El sábado, Valadao, Víctor Vigo y sobre todo Jorge Silva cogieron el protagonismo ofensivo.
Edu Reig, que se enfrentaba a su hermano Ricard, pivote del Helvetia, ponía a los siete minutos de partido por delante al Guadalajara por primera vez.
Era el inicio del festival morado y significó un parcial de 4-0 que obligaba al técnico visitante a pedir tiempo muerto. El Guadalajara estaba enchufado. La defensa con Valadao y los dos Silva (Ales y Jorge) se convertía en un muro insuperable para los navarros y en ataque el portugués Silva y Edu Reig se bastaban (ocho goles entre los dos en los primeros quince minutos) para mantener la ventaja de su equipo. El Guadalajara estaba desatado (10-5 a los quince minutos). Los de Aitor Etxaburu no sabían cómo superar la defensa morada, en la que además, ante cualquier hueco que se producía, allí estaba Diego Moyano para echar el cierre definitivo. Pero tampoco sabían cómo poner fin a los contraataques alcarreños.
Además, los de Garralda estaban demostrando en esa primera parte un excelente y acertado fondo de armario. Así cuando Reig o Jorge Silva se tomaban un descanso en la faceta anotadora, tomaban el relevo Valadao o Víctor Vigo que cerraron la primera parte de la fiesta morada con un claro 16-11.
Bozalongo, en la segunda mitad, establecía la máxima renta para los alcarreños (19-12). Siete goles que pueden provocar en cualquier equipo la tranquilidad necesaria para convertir el tramo final en todo un espectáculo o que pueden hacer relajarse a los jugadores y dar vida al rival. Garralda solo quería la primera opción para sus chicos y con el 20-16 utilizó su tiempo muerto. No quería que nadie bajase los brazos. Y el que nunca los baja, el que siempre está concentrado, el que vive cada partido como si fuese una final es Diego Moyano. Desde la portería dio el empujón que necesitaban sus compañeros y acabó con el posible hilo de esperanza que pudiera tener el rival con el 20-17. Sus paradas se trasformaron en contras para sus compañeros y de nuevo, el Guadalajara tomó los siete goles de diferencia que sirvieron para vivir un tramo final de partido de auténtico lujo.
En esos últimos minutos hubo tiempo para que la afición homenajeara a Moyano, también para ver un paradón de Almeida e incluso para que Fontenla se llevara una tarjeta roja al vestaurio. Pero sobre todo hubo tiempo para disfrutar de un triunfo que pone a los morados en una posición de privilegio en la parrilla de salida de la carrera final de esta primera vuelta.