El BM Guadalajara se apea, momentáneamente ,de Europa

No era una final para ninguno pero sí era un cita muy importante para unos y otros. En juego estaba acercarse a la quinta plaza para los de Dani Gordo o en el caso de los alcarreños para alejar de ese puesto a un rival directo.

El primer ataque leonés se saldó con un lanzamiento de siete metros convertido por Víctor Alonso, mientras que el Guadalajara abría su cuenta con el tanto de Víctor Vigo, tras una buena circulación de balón. Sin embargo, en el siguiente ataque del León, de nuevo lanzamiento de siete metros. Esta vez era Carrillo el que batía a Diego Moyano. También desde los siete metros, pero esta vez para el lado morado, Javi Parra ponía por delante por primera vez al Guadalajara (4-3). Empataba Víctor Alonso para el Ademar, como no podía ser de otra forma, también desde el punto de penalti. La igualdad era la nota predominante en el arranque de partido, en unos minutos trepidantes, donde las defensas apenas aparecían y la efectividad en los lanzamientos de ambos era notable. Además, a cualquier acción ofensiva de los morados contestaban con idénticas armas los de León, aunque había un hombre que quería todo el protagonismo anotador, el portugués Jorge Silva. De los siete primeros goles habían salido de su muñeca cuatro. Pero el Ademar no se asustaba, al contrario, necesitaba la victoria y estaba claro que iba a luchar por ella.

Dos acciones de Víctor Alonso, una desde los siete metros y otra al contraataque ponían a su equipo con dos arriba (12-14), un marcador que ampliaba Carou. Era la mayor renta visitante (12-15), que venía apoyada por dos buenas acciones de Asanin, aunque poco pudo hacer ante el lanzamiento de Iago Muiña que servía para recortar diferencias. Con el 13-16 y a falta de 1,09, Mateo Garralda, que finalmente pudo sentarse en el banquillo, a pesar de la tarjeta roja que vio en la última jornada, utilizaba su tiempo muerto. Quería preparar la última acción, tiró de pizarra y Bozalongo llevó las explicaciones hasta el gol (14-16). El último ataque del Ademar también tuvo premio, con el tanto de Castro que dejaba el 14-17, la máxima renta, de nuevo, para la entrada a los vestuarios.

El Ademar tenía a su favor una mayor profundidad de banquillo, lo que iba a convertir en decisivo para conservar la ventaja en la segunda mitad. Diego Moyano abortó el primer ataque del León y Silva, recortaba diferencias, pero el ataque de los de Dani Gordo seguía siendo muy fluido y también muy eficaz y el tanto de Víctor Alonso, el quinto en su cuenta particular, en ese instante, ponía un 16-20 en el marcador; la mayor renta. Inquietante para los morados y tranquilizador para el León. El Guadalajara seguía teniendo como principal arma ofensiva a Silva, pero estaba excesivamente solo. No obstante logró acercar a su equipo a dos goles y Víctor Vigo apretaba el marcador (21-22). Había partido. La reacción alcarreña coincidía con el despertar de la afición que no estaba muy conforme con algunas decisiones de los colegiados.

La exclusión de Vejin, la segunda, fue bien aprovechada por el Guadalajara y con Pozzer, primero y Víctor Vigo, después, consiguieron igualar el partido (25-25). El Ademar había dejado ir una renta importante y ahora era cuestión de templar los nervios ante un Guadalajara crecido, con un tiempo muerto de Dani Gordo. La situación cambió de forma radical y ahora era el León el que estaba en superioridad, lo que provocó dos nuevos goles (25-27). Pozzer era excluido en los morados y Víctor Alonso ponía el 25-28. El Guadalajara estaba muy herido. Asanín echaba el cierre a su portería, aunque Plaza conseguía su gol (el primero suyo en todo el partido, a los 54 minutos) y Víctor Vigo volvía a meter en el partido a los alcarreños. Quedaban tres angustiosos minutos, con un solo gol de renta del León

En su tiempo muerto Garralda debía buscar la jugada casi imposible. Tenía el Guadalajara posesión, jugaba con soperioridad, pero solo tenía un minuto para recortar dos goles. Kike Plaza mandaba el balón a la madera, tras rozarlo Asanín y el sueño morado se esfumaba y con él la plaza europea.