El corazón del Marchamalo mereció el premio de la victoria

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: DIEGO FERNÁNDEZ. GUADALAJARA
FÚTBOL- TERCERA DIVISIÓN
Sólo jugó bien a ratos, pero el Marchamalo mereció el premio de la victoria ante un equipo, el Villarrobledo, que supo hacer valer su oficio para sacar un empate. Los visitantes se adelantaron en la primera mitad y fueron capaces de conservar el resultado hasta pocos minutos antes del final del encuentro, cuando Rober hacía el tanto de la igualada. El esfuerzo final de los gallardos no sirvió para que lograran el triunfo.
El Marchamalo mereció un mayor premio que el empate ante un Villarrobledo ultraconservador al que le salió relativamente bien la jugada. Los gallardos, aunque con más corazón que juego, trataron de remontar el gol tempranero de su contrincante, pero no pudieron darle la vuelta al resultado y salieron de La Solana con un punto que sabe a poco viendo los méritos que hicieron.
Los primeros quince minutos del cuadro de Sergio Rubio fueron fantásticos. El bloque ‘verdillo’ se hizo con el balón y lo trató con sentido, con una buena circulación, avanzando y creando peligro. Rubén estuvo activo en el inicio del encuentro, creando problemas a la defensa rival con su movilidad.
Con el contrario desaparecido y tratando de defenderse de la ofensiva local, parecía que el tanto de casa no tardaría en llegar... pero resultó justo al contrario. Carlos Ortega aprovechó un fallo colectivo de la defensa gallarda para picar el balón por encima de Carlos y adelantar a su equipo.

Acusó el golpe
El 0-1 descentró completamente a los de casa, que acusaron el golpe y se olvidaron del fútbol que habían realizado hasta el momento. El Marchamalo se precipitó y comenzó a cometer errores e imprecisiones en el pase, a la vez que perdía la firmeza defensiva y se hacía vulnerable atrás.
Los villarroblenses, por contra, hacían un partido bastante más práctico, conteniendo con facilidad las descoordinadas acometidas de su contrincante y asomando poco por el área ajena... pero con peligro. Con tanto que al final de la primera mitad pudieron haberse adelantado. Por suerte para el Marchamalo el colegiado no señalaría ninguno de los dos posibles penaltis que hicieron a los visitantes al borde del intermedio.
Nada más comenzar la segunda parte el Villarrobledo ya comenzó a perder tiempo, pese a que el Marchamalo se tranquilizó y comenzó ‘achuchando’ a su enemigo comandado por Guti y Roberto.
Los marchamaleros, aunque sin brillantez, ya eran los claros dominadores del encuentro de nuevo, pero su adversario, un equipo de escasa calidad pero con mucho oficio, sabía dormir el partido para favorecer sus intereses. Los minutos pasaban y los de casa, que no tenían ninguna opción clara pese a su dominio, no igualaban. Por suerte apareció Roberto –quizás el mejor de su equipo ayer–para aprovechar un mal rechace de la zaga del Villarrobledo ‘rompiendo’ el balón en el área y colocándolo pegado al palo. Era justo.
El Marchamalo se volcó en busca de un gol que habría hecho aún más justicia, pero entre su falta de acierto y las decisiones arbitrales –nada más y nada menos que dos goles anulados a Guti por fuera de juego– evitaron que lograra tres puntos que se había ganado. No por juego, sí por corazón.