El Depor estuvo negado de cara al gol y terminó empatando a cero
01/10/2010 - 09:45
Por: JORGE SÁNCHEZ. GUADALAJARA
Fútbol- Segunda División B
La suerte no acompañó al Deportivo esta vez. Los de Rafa Carrillo se atascaron ante un equipo que le tiene cogida la medida. En la primera vuelta los riojanos consiguieron vencer en Las Gaunas por 3-1 -fue su primer triunfo en la presente campaña-. En el Pedro Escartín los rojiblancos aplicaron un planteamiento distinto con el que ganaron en Logroño. Al final un punto más y el sueño de sumar siete en los próximos tres partidos para seguir pensando en la Copa del Rey.
La suerte no acompañó al Deportivo esta vez. Los de Rafa Carrillo se atascaron ante un equipo que le tiene cogida la medida. En la primera vuelta los riojanos consiguieron vencer en Las Gaunas por 3-1 -fue su primer triunfo en la presente campaña-. En el Pedro Escartín los rojiblancos aplicaron un planteamiento distinto con el que ganaron en Logroño. Rafa Sáez apostó por un fútbol rácano sin ganas de atacar, muy típico de los equipos que pelean por no descender. Sanmiguel apenas tuvo que intervenir en contadas y aisladas ocasiones. En cambio su colega Vilches trabajó de lo lindo en la primera mitad y en el comienzo de la segunda. El guardameta de los riojanos salvó los muebles y evidenció la falta de gol que a veces acusa el Depor. Lambarri tuvo dos mano a mano con Vilches y en ambas el visitante estuvo más acertado. Cuando no era el vasco, era Cuesta o Villa...pero la pelotita no quería entrar.
Un punto más y el sueño de sumar siete en los próximos tres partidos como espera Carrillo para contar con opciones de Copa del Rey aún es posible. Sólo queda ganar en Logroño y en casa contra el Burgos.
Bostezos en la primera
El partido empezó con el ritmo que quería el Logroñés. Cansino y con mucho centrocampismo. Sáez dio a los alcarreños donde más les dolía: maniató a Rubén Cuesta y secó a Villa. Siempre que estos dos futbolistas se daban la vuelta para mirar la portería contraria, los centrocampistas del Logroñés se tiraban a por ellos como perros de presa. El cordobés no se encontraba cómodo y eso lo acusó su equipo que no jugaba fluido como en otras ocasiones. En el caso de Villa, el madrileño que cumplía 32 años, trabajó de lo lindo en el maltrecho césped del Escartín pero sin crear peligro ni hacer daño entre líneas. Con dos pilares básicos del juego morado maniatados, los alcarreños tuvieron su primer acercamiento en un disparo lejano de Rubén Cuesta que, con algo de apuros debido al bote, Vilches supo atajar. Así comenzaba el partidazo que se ha marcado el guardameta del conjunto riojano. Minutos más tarde era Lambarri el que ponía a prueba a Vilches. Fue la ocasión más clara. Un uno contra uno donde el vasco no estuvo fino y el posible gol morado se marchaba al limbo.
Fueron los mejores minutos del equipo de Carrillo que en uno de los últimos acercamientos al área gozó de una triple ocasión que de nuevo desbarató Vilches. Rubén Cuesta, primero con un disparo que repelió en el cuerpo del meta, Villa en el posterior rechace y Lambarri casi en boca de gol. Ninguno fue capaz de batir la portería riojana, principal objetivo que se había marcado Rafa Carrillo en la primera parte, consciente de la presión con la que juegan los equipos inmersos en la zona baja de la tabla.
El planteamiento era claro, el Depor a la carga y el Logroñés esperando y apelando a su defensa que estuvo correcta, aprovechándose también de la falta de eficacia de los arietes morados.
Demasiado espesos
En la segunda mitad, el Depor lo siguió intentando pero sin suerte. Carrillo dejaba en el banco a Manzano, desafortunado y cumpliendo otras misiones tácticas, para sacar a Camacho. El joven centrocampista dio velocidad a los morados en los primeros compases pero luego, al igual que su equipo, se fue apagando en ataque.
Mediada la segunda parte, Camacho fue el protagonista de la ocasión más complicada del partido y en la que curiosamente más cerca estuvo de acabar en gol. Si las oportunidades de la primera mitad fueron manifiestas de gol y deberían haber movido el marcador, el remate de cabeza, harto complicado, de Camacho después de una asistencia a balón parado de Cuesta se estrellaba en el posté evitando un gol casi imposible.
En esa jugada se acabó el potencial ofensivo del Deportivo que no tuvo su día. El Logroñés encerrado en su campo sin pisar el área contraria. Era cuestión de tiempo, de paciencia, de suerte y de fútbol. Los morados no desplegaron ese juego de toque que abría las bandas y oxigenaba el centro del campo. Iván Moreno apenas apareció, quizá fue el partido en el que menos intervino el extremeño. Camacho aportó ganas en los primeros compases de la segunda parte pero acabó diluyéndose. Cuesta no la tocaba a gusto, siempre encimado por dos jugadores riojanos. Carrillo ante la espesura en el centro del campo buscó la solución en Chuchi pero tampoco funcionó y el Depor se quedó con las ganas de sumar los tres puntos.
Un punto más y el sueño de sumar siete en los próximos tres partidos como espera Carrillo para contar con opciones de Copa del Rey aún es posible. Sólo queda ganar en Logroño y en casa contra el Burgos.
Bostezos en la primera
El partido empezó con el ritmo que quería el Logroñés. Cansino y con mucho centrocampismo. Sáez dio a los alcarreños donde más les dolía: maniató a Rubén Cuesta y secó a Villa. Siempre que estos dos futbolistas se daban la vuelta para mirar la portería contraria, los centrocampistas del Logroñés se tiraban a por ellos como perros de presa. El cordobés no se encontraba cómodo y eso lo acusó su equipo que no jugaba fluido como en otras ocasiones. En el caso de Villa, el madrileño que cumplía 32 años, trabajó de lo lindo en el maltrecho césped del Escartín pero sin crear peligro ni hacer daño entre líneas. Con dos pilares básicos del juego morado maniatados, los alcarreños tuvieron su primer acercamiento en un disparo lejano de Rubén Cuesta que, con algo de apuros debido al bote, Vilches supo atajar. Así comenzaba el partidazo que se ha marcado el guardameta del conjunto riojano. Minutos más tarde era Lambarri el que ponía a prueba a Vilches. Fue la ocasión más clara. Un uno contra uno donde el vasco no estuvo fino y el posible gol morado se marchaba al limbo.
Fueron los mejores minutos del equipo de Carrillo que en uno de los últimos acercamientos al área gozó de una triple ocasión que de nuevo desbarató Vilches. Rubén Cuesta, primero con un disparo que repelió en el cuerpo del meta, Villa en el posterior rechace y Lambarri casi en boca de gol. Ninguno fue capaz de batir la portería riojana, principal objetivo que se había marcado Rafa Carrillo en la primera parte, consciente de la presión con la que juegan los equipos inmersos en la zona baja de la tabla.
El planteamiento era claro, el Depor a la carga y el Logroñés esperando y apelando a su defensa que estuvo correcta, aprovechándose también de la falta de eficacia de los arietes morados.
Demasiado espesos
En la segunda mitad, el Depor lo siguió intentando pero sin suerte. Carrillo dejaba en el banco a Manzano, desafortunado y cumpliendo otras misiones tácticas, para sacar a Camacho. El joven centrocampista dio velocidad a los morados en los primeros compases pero luego, al igual que su equipo, se fue apagando en ataque.
Mediada la segunda parte, Camacho fue el protagonista de la ocasión más complicada del partido y en la que curiosamente más cerca estuvo de acabar en gol. Si las oportunidades de la primera mitad fueron manifiestas de gol y deberían haber movido el marcador, el remate de cabeza, harto complicado, de Camacho después de una asistencia a balón parado de Cuesta se estrellaba en el posté evitando un gol casi imposible.
En esa jugada se acabó el potencial ofensivo del Deportivo que no tuvo su día. El Logroñés encerrado en su campo sin pisar el área contraria. Era cuestión de tiempo, de paciencia, de suerte y de fútbol. Los morados no desplegaron ese juego de toque que abría las bandas y oxigenaba el centro del campo. Iván Moreno apenas apareció, quizá fue el partido en el que menos intervino el extremeño. Camacho aportó ganas en los primeros compases de la segunda parte pero acabó diluyéndose. Cuesta no la tocaba a gusto, siempre encimado por dos jugadores riojanos. Carrillo ante la espesura en el centro del campo buscó la solución en Chuchi pero tampoco funcionó y el Depor se quedó con las ganas de sumar los tres puntos.