El Depor se complica la vida con su derrota ante el Ontinyent (2-0)

Un correcalles

El partido estaba eléctrico, trepidante y de ahí pudieron sacar partido los valencianos. La oportunidad más clara de este tramo la tenía Paco Montañés en el minuto 14. Fue en una acción individual, se marchaba por el eje del ataque y ganaba la posición a la zaga morada para golpear la pelota. Su disparo duro y raso fue repelido por el palo derecho de la portería de Álvaro Núñez.

Este ‘casi-gol’ daba paso a una fase de mayor sosiego en el que los dos equipos se mostraban más preocupados de no cometer errores que de buscar la portería contraria. La lucha en el centro del campo pasó a ser titánica. La pareja local –Rubio y Jony– se tuvo que multiplicar para superar el trivote visitante compuesto por Javi Soria, Rubén Cuesta y Pita.

El primer gol

Las acciones de peligro se limitaban a las jugadas a balón parado, en las que los dos equipos han demostrado durante la temporada su enorme potencial. Así hasta que a los 34 minutos un centro desde la banda derecha es rematado de cabeza por Paco Montañés al fondo de las mallas. El bonito gesto técnico del mediapunta castellonense encontraba el premio del gol a pesar de la estirada de Núñez, que no alcanzó a despejar el cuero. Con el 1-0, el Ontinyent se agrandaba al mismo ritmo que empequeñecía el Deportivo. No tuvo más ocasiones en la primera parte, pero el dominio correspondió al cuadro de la Vall, ante la inoperancia del cuadro dirigido por Pérez Salvachúa, al que el tanto cayó como un jarro de agua fría.

La segunda mitad arrancó con los mismos derroteros. Los valencianos se sentían superiores ante un rival con muchos centrocampistas y poca pegada. En esa dinámica, el Ontinyent se encontraba cómodo y esa confianza la plasmaba David Torres en el minuto 57. El delantero blanquinegro fue el protagonista del segundo y definitivo gol.

Torres recibe un balón en la frontal, se hace sitio, se acomoda y engancha un zurdazo que se cuela por bajo junto al palo izquierdo de la portería visitante. Un gran gol que la grada celebraba con alborozo, por la importancia que puede tener de cara al choque de vuelta.

Con el marcador claramente a favor, el Ontinyent fue inteligente y se dedicó a nadar y guardar la ropa. Entonces sí, el Deportivo Guadalajara echó el resto metiendo toda la pólvora en el terreno de juego, pero sin inquietar a David Rangel. Jony estuvo espectacular sacando todos los balones aéreos y la defensa se impuso por completo.

Únicamente un balón que se paseaba de parte a parte del área sin encontrar rematador inquietaba a los locales. Por su parte, el Ontinyent tuvo la oportunidad de enganchar algún contragolpe peligroso. En uno de ellos, Matas, recién ingresado al campo, se lleva la pelota y es desequilibrado dentro del área sin que el árbitro indicara el punto de penalti. Con el partido controlado por el Ontinyent y con el Deportivo a la desesperada fueron pasando los minutos hasta el pitido final, momento en el que estallaba de júbilo la parroquia local.

Remontada para la vuelta

El 2-0 es un resultado ampliamente negativo para los morados ya no sólo por la derrota en sí, sino por no haber sido capaces de marcar un gol fuera de casa. Por ello, y a pesar de la dificultad que entraña la empresa, los hombres dirigidos por Carlos Pérez Salvachúa apelarán a la heroica para derrocar al Ontinyent y acceder a la segunda ronda de las eliminatorias de ascenso a Segunda División.

El Depor espera todo el apoyo de la afición morada para lograr una remontada que sería de leyenda, ya que los alcarreños necesitarán al menos un 2-0 para forzar la prórroga y en caso de recibir un gol la papeleta se tornaría casi imposible ante la necesidad de golear al menos por 4-1. No obstante, los deportivistas venderán cara su eliminación y esperan que el aliento del Escartín sea el jugador número 12 el próximo domingo.