El Depor se queda helado con una derrota injusta

05/12/2010 - 22:52 Rubén Martínez

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Foto: Rafa Martín
El Depor se vio obligado a abdicar en el Escartín ante el flamante Celta B en un partido en el que volvió a quedar patente la incapacidad de los morados para hacer daño a adversarios en inferioridad numérica. Y es que en los primeros lances del segundo tiempo, Gaffoor veía su segunda amonestación dejando a su equipo con un hombre menos para lo que restaba de duelo. Sin embargo, no se arrugó el Celta, que se mostró paciente y sagaz al contrario que el equipo de Terrazas al que las prisas le jugaron una mala pasada. Así, el conjunto morado no sólo no pudo hurgar en la herida de su rival sino que además recibió un verdadero mazazo al encajar el 0-1 pasado el minuto 80. A partir de entonces, se trazó una línea roja insalvable y el decorado se transformó. Los vigueses mostraron entonces su cara más conservadora con defensa de cinco y los morados, ante su otro estigma de esta temporada: las defensas cerradas, tampoco pudieron sino estrellarse una y otra vez ante el muro planteado por Milo Abelleira. Al final, una victoria ejemplificadora y que tira por tierra un estereotipo muy común. El Celta B demostró, a pesar de su extrema y descarada juventud (tiene una media de edad por debajo de los 25 años) una gran personalidad y oficio que fueron suficientes para llevarse la victoria del Escartín, aún siendo inferiores en amplias fases del encuentro.
Primera derrota en casa desde que Carlos Terrazas ocupa el banquillo morado
Carlos Terrazas optó por incluir en el once inicial a Oya y Aníbal en detrimento de Rubén Cuesta y Míchel, quizás señalando a estos últimos por su nefasto primer tiempo en el Pepe Gonçales o tal vez premiando a Oya y Aníbal por su buena evolución de las últimas semanas. Lo cierto es que el ariete ex del Leganés no defraudó y suyas fueron casi todas las acciones de peligro del cuadro local. La primera a los cuatro minutos tras un ‘tuya y mía’ entre Juanjo y el mismo Aníbal con disparo final del madrileño, repelido en última instancia por el guardameta gallego. La voracidad de Aníbal traía en jaque a la zaga celtiña y antes de cumplir el primer cuarto de hora, de nuevo amenazaba con marcar pero esta vez su disparo desde dentro del área, se perdía a córner tras desviarse en un defensor. Lástima que no pudiera estrenarse como goleador con la camisola morada aunque lo que sí dejó claro es que ha llegado a su clímax de forma y en esta tesitura se presenta como una alternativa fiable ante el incierto rendimiento de Míchel. El filial celtiña esperaba rezagado atrás ante el acoso local, que se extendió hasta pasada la primera media hora. De nuevo Aníbal, que aglutinó todo el potencial ofensivo de los alcarreños, desperdiciaba una buena prolongación de Juanjo, cruzando en demasía ante el cancerbero visitante. Kechi ponía fina a la zozobra del filial vigués con su velocidad en la izquierda pero siempre atento Antonio Moreno no le dejaba ni a sol ni a sombra. Chapó para el gaditano que secó al extremo escocés en todo momento. Volvía a la carga, el equipo guadalajareño en los últimos instantes del primer tiempo. En el minuto 38, los alcarreños pidieron penalti por mano dentro del área a la salida de un córner y a renglón seguido, la mejor y más clamorosa oportunidad morada en las botas de Juanjo. El de Calamonte se quedó sólo ante Manu pero se entretuvo demasiado tiempo, lo que permitió a Carlos David llegar en la ayuda. Tras caracolear, el 9 del Depor quiso dejar en bandeja el tanto a Javi Soria, que esperaba en boca de gol con la mala fortuna de que el zaguero vigués taponaba perdiéndose la oportunidad en el limbo. Y antes de llegar al descanso, era el Celta B el que perdonaba con Edgar errando en el mano a mano con Saizar. Este susto sirvió de preámbulo a lo que sucedería en el segundo acto. Los morados, lejos del efervescente arranque protagonizado en el primer tiempo, salieron gripados y ello fue aprovechado por el Celta B para marcar territorio y ganar metros. Los morados, sin presencia en banda y muy espesos en la creación vieron un ápice de ventaja al quedarse con 10 el celta por expulsión de Gaffoor. Pero al contrario de lo que cabía esperar, los celtiñas no se descompusieron en absoluto e incluso tomaron las riendas del duelo por momentos. Los locales necesitaban un revulsivo, que descongestionara el tráfico en la línea de medios pero éste no llegó con la entrada de Míchel, Nico y Rubén Cuesta. Ernesto, ausente hasta entonces, sí comenzó a tirar del carro pero los veloces contragolpes del Celta traían de cabeza al cuadro alcarreño hasta que pasó lo impensable. Llegados al minuto 81, la permisividad de Javi Barral permitió un disparo fácil de Pedro Vázquez desde dentro del área, que se coló en el portal de Saizar. Fue momento de guardar la ropa para el cuadro gallego y ante eso, los intentos deportivistas fueron solamente balas de fogueo fraguandose así la primera derrota –muy injusta– en el Escartín desde la llegada de Terrazas.