
El Depor se queda, otra vez, sin el sueño de la Copa
02/09/2015 - 21:24

El Depor se queda sin el sueño de la Copa. El equipo morado no supo transformar en gol su dominio de la primera mitad y acabó cayendo ante un CF Talavera que sumó los dos tantos en la segunda parte.
Era una competición que nos hacía mucha ilusión, decía el entrenador del Deportivo, Manolo Cano, tras el partido. Y es que la Copa del Rey estaba señalado en rojo por el club. Esta temporada, denominada de la ilusión, contaba como uno de sus retos más ambiciosos, prolongar el recorrido del Guadalajara en la cita copero. Pero el CF Talavera despertó del sueño a los morados.
La primera mitad fue de claro dominio del Deportivo, que pudo adelantarse a los diez minutos, con un excelente pase interior de Manzano que no supo aprovechar Edipo en el uno contra uno del portero visitante. Un minuto después, la ocasión fue talaverana, pero Ferrán Ferri, que jugaba su primer partido oficial con el Guadalajara, abortó el lanzamiento de Cristian. A los 30 minutos, otra ocasión morada, con el disparo de Edipo que detuvo Bernabé.
El Depor estaba mostrando rapidez y buen criterio a la hora de jugar el balón, pero en los últimos metros, se quedaba sin ideas. Mientras, el Talavera, apenas inquietaba a la defensa alcarreña. Así, al descanso, 0-0.

No cambió excesivamente el panorama tras el paso por los vestuarios. Hasta que llegó el cabezazo de Cristian, haciendo bueno un excelente pase de Sergio Rodríguez, quien apenas llevaba unos minutos en el terreno de juego. El 0-1 hizo mucho daño a los alcarreños que veían como a pesar de haber tenido controlado el partido la victoria momentánea era visitante.
Manolo Cano puso toda su artillería en juego e hizo debutar a Guillem y Marqués. Además, el Talavera se quedaba con un hombre menos tras la expulsión directa de Víctor Martínez. El Depor se volcó, pero según pasaba el tiempo se iba quedando sin ideas y el Talavera sabía muy bien jugar con el marcador a favor.
El 0-2, obra de Valdivia llegaba con el tiempo ya cumplido y servía para que los talaveranos comenzasen su fiesta en el Escartín, ante la cara de decepción de la afición morada.