El Depor sube como la espuma
11/12/2011 - 21:51

Foto: Rafa Martín
Teniendo en cuenta que el objetivo es alcanzar los 50 para salvar la categoría, el cuadro morado ya lleva un pelín más de medio trecho andado, un balance a todas luces extraordinario. Como extraordinarios son Ernesto y Aníbal. Por enésima vez, fueron los envenenados centros del alcalaíno los que decantaron la balanza. Del hispanomejicano, qué decir, casi resalta más incluso cuando no marca. Su trabajo en la punta de ataque fue formidable y es de recibo, destacar su actuación también cuando no moja. Aparte de la dupla de moda, esta vez fueron otros los que se colgaron las medallas en cuanto a los goles. A Gaffoor le tocó el honor de rematar un delicado servicio de Ernesto; Iván Moreno batió por alto a Alberto en el uno contra uno. Todo ello ocurrió en apenas media hora, tiempo suficiente para que el Depor dejara el partido encarrilado, aunque no sentenciado, de ello se arrepentiría más tarde. Pero yendo en orden cronológico, ese 2-0 vino como caído del cielo.
Gran arranque
Los alcarreños habían salido a morder y además tuvieron el acierto necesario de cara a puerta. Noqueado quedó el Murcia, que hasta ese momento sólo había enseñado leves virtudes. El toque era sin duda una de ellas, el último pase de Emilio suponía otra seria amenaza y las subidas de Pedro y Mario Marín se presentaban como armas a tener en cuenta. A los de Iñaki Alonso no les temblaba el pulso con el balón en los pies pero la presión avanzada de los alcarreños maniataba a los visitantes, no olvidemos segundo mejor equipo en esta faceta en lo que llevamos de temporada. Volviendo al hilo de lo anterior, Emilio se camuflaba entre líneas y Borja, como referencia ofensiva fijaba a los zagueros locales, que sin embargo sentaron cátedra. La pareja Gaffoor-David Fernández estuvo inconmensurable, casi inexpugnable. Francamente bien habían comenzado las cosas para el Depor. Manejaba la posesión y controlaba a su rival a sus anchas. Ernesto y Aníbal, casi siempre a balón parado, siguieron aglutinando las pocas ocasiones de las que gozó el Depor de ahí hasta el final del primer tiempo pero el marcador no reflejó cambio alguno.
El paso por los vestuarios atisbó evidentemente un Real Murcia más ofensivo (4-3-3). Iván Amaya de Kaiser actuando de líbero, centro del campo con cuatro hombres y punta de ataque con un delantero centro y dos extremos muy adelantados. Por los pimentoneros saltaron al césped Paco Sutil y Chando. Este último no tardó demasiado en provocar los primeros quebraderos de cabeza a la defensa deportivista pero siembre bien desbaratados por Gaffoor, Barral o el propio Saizar, siempre muy avispado. Emilio envió el primer dardo con veneno a los cinco minutos de la reanudación con un remate seco desde la frontal. Eran los prolegómenos de lo que le esperaba al Depor. No obstante, los de Terrazas defendían bien y el partido transcurría tranquilamente bajo la designios marcados por el equipo de casa. Especial mención también para el derroche físico de Jonan García y Jony en pos de sujetar a los habilidosos medios murcianos.
De nuevo con el recurso del balón parado, el Guadalajara rondaba la meta de Alberto. Primero un centro medido de Ernesto a la cabeza de Aníbal y después, un libre directo botado por el ex del Alcorcón que se perdió lamiendo la cruceta, pudieron significar la estocada definitiva pero ambos se quedaron en el huy! Por momentos, bajó la intensidad y el encuentro se volvió anodino, de hecho parecía que no había partido. Pero despertó el equipo dirigido por Iñaki Alonso. Isaac Jové, otro de los hombres de refresco se revolvió dentro del área pero su disparo manso lo atajó sin problemas Saizar. Entonces emergió Paco Sutil para iluminar al Real Murcia. Sus filigranas por el costado izquierdo volvían loco a Ander y sus centros entrañaban serio peligro para el portal de Saizar. Sin embargo, poco pudo hacer después ante Pedro, que a pierna cambiada, lanzaba la diagonal y de disparo raso, batía al cancerbero vizcaíno.
El final, un infierno
Lógicamente, la cosa cambió. Casi una hora después, ahora sí, había partido. Porque los morados estaban con la lengua fuera y colgados del larguero y entonces, y sólo entonces, los pimentoneros creyeron en sí mismos. Encima, Barral se fue a la ducha antes de tiempo al ver su segunda amarilla. Por cierto una lástima que se pierda el duelo de la semana próxima en Balaídos. El Depor se metió en las trincheras y el Murcia buscó la igualada. La tuvo Chando en un centrochut. La tuvo Isaac y la tuvo Molinero pero al final no hubo descalabro. Los tres puntos se quedaron en el Escartín y se confirma el pico alto de forma en el que acabaran el año los alcarreños, no olvidemos, a 11 puntos del descenso. La semana que viene toca ratificarlo en Balaídos, eso sí, la presión es de otros.