
Este domingo, 26 de junio de 2011, ha sido un día histórico para toda Guadalajara y para el deporte provincial. La bandera del fútbol alcarreño, el Deportivo Guadalajara, consiguió el ascenso a la Segunda División después de imponerse en Anduva al Mirandés por 1-2, desatando la euforia de una afición que ya tiene a su equipo en la categoría de plata del balompié nacional. Los burgaleses se adelantaron en la primera mitad gracias a un gol de Candelas, pero los morados no perdieron la fe y remontaron en los instantes finales merced a un tanto de Juanjo y a otro de Ernesto, de penalti.
No lo hubiera firmado ni el mismísimo Dr. House. Fue un pequeño problema, el de Pablo en el descuento del Escartín el que intentó deshacer todo un trabajo, toda una temporada, toda una vida, la del Guadalajara, por estar en una categoría como la Segunda División. Una enfermedad que se convirtió en crítica cuando, unas semanas después y todavía grogui, Candelas cruzaría con la derecha la segunda internada de Mújika por su costado diestro en tan solo diez minutos. El mal ya estaba hecho. Ya parecía que todo el amor dedicado resultaría en balde. Un quiero y no puedo con un funesto final conocido. La desgracia a lo largo de casi 90 minutos se palpaba en el ambiente en las huestes moradas.
Por si acaso, Gil Coscolla tenía la lección bien aprendida. Con el silbato en la boca durante todo el partido, no dudó en sacar la escopeta en las primeras infracciones de Iván Moreno, Aníbal y Juanjo. Tarjetas amarillas que sirvieron para quitarse presión y para calmar a una hinchada mirandesista iracunda tras una tangana que provocó Alain. El delantero se jugó la expulsión en un empujón que el árbitro se olvidó de sancionar, dejando su impulsividad a un lado.
Las ilusiones y las esperanzas seguían latentes. El objetivo seguía estando cerca pero eran ya dos goles. El Depor se topó con la horma de su zapato, un auténtico clon en su táctica y planteamiento. Como en el Escartín, el Mirandés se limitó a defender de manera ordenada, a imponer su poderío físico, el que le dejaba el colegiado, y a intentar incrementar la cuenta con alguna individualidad de Pablo o Candelas. No obstante, solo Candelas en un disparo desde fuera del área que se marchó desviado y una jugada trenzada que Alain remató débilmente antes del descanso fueron el único peligro, aparte del gol, llevado sobre la portería de Saizar.
El Depor seguía ingenuo, resignado a su suerte y abusando en exceso del pelotazo, un recurso que le facilitaba más amarillas (en su contra). Tuvieron ocasiones, ciertamente las más claras de la primera mitad fruto de la inercia que el cuadro rojillo propició al centro del campo. La mayoría a balón parado. En el minuto 17 y aprovechando que el Mirandés no solicitó pasos en una falta en la frontal, Iván Moreno no concretaría ante Wilfred, que repelió el cuero a corner. Acto seguido, a la media vuelta, Aníbal remataría fuera dentro del área. También en el minuto 25 un corner botado por Iván Moreno fue cabeceado desviado por un Juanjo muy estorbado.
El equipo morado entonces tiró de garra. O lo que es lo mismo, arriesgar y remar para morir en la orilla. Carlos Terrazas no se lo pensó y dio entrada a Gerard Badía por Antonio Moreno (que tuvo en un recién casado su peor pesadilla). Con tan solo tres defensas, los alcarreños bien es cierto que estuvieron más volcados pero la dinámica seguía siendo la misma. Las oportunidades más manifiestas eran para el Mirandés, que perdonó la sentencia por medio de Lambarri cuando, en el minuto 70 y de forma franca, Saizar sacó un pie salvador.
Cuando todo parecía perdido, la luz al final del túnel. Alguna labor de investigación en algún perdido hospital rebajaba la inflamación de la herida. Juanjo alimentó el sueño empujando a la red un corner peinado por Javi Barral. En el minuto 72, de repente, parecía que el esfuerzo cobraba sentido. Al principio pareció un mero espejismo. Las peligrosas contras mirandesistas delataban que eran muchos y lógicos los riesgos que se estaban tomando. La lentitud del veterano Lambarri, que no lograba pillar desprevenida a la zaga morada, invitaba al optimismo. Todo parecía perdido por más que Wilfred dudase en todas sus salidas
Pero no, no era la cruel realidad. Era un final de película. La del Club Deportivo Guadalajara. La de un conjunto entregado a sus ideales. A su cultura agrícola. A la del trabajo de sol a sol; fue cuando este se fue la hora en la que el Mirandés por fin falló. Aníbal en el minuto 86 aprovechaba un saque de banda donde no existía fuera de juego para forzar un penalty que transformaría magistralmente Ernesto. Wilfred se estiró como nunca pero el balón fue bien colocado a la cepa del poste (1-2).
House se había equivocado. La enfermedad era curable. Tan solo le quedaba sufrir a los alcarreños. Entonces todo un terreno de juego se redujo a un área, la alcarreña que, de forma alocada, despejaba mal y pronto. La gloria se hacía esperar y la defensa se cerraba de manera brutal. Se defendió como en su época se defendía la Recópolis de Zorita, la Muralla de Molina de Aragón, las Trincheras de Brihuega. Y al final, el Depor era de Segunda.
Sangre, sudor y lágrimas. Sangre las de las pedradas de Sevilla. Sudor el del calor y el sufrimiento acumulado. Y lágrimas de ascenso. Las de todos aquellos alcarreños, aficionados al fútbol y las que ya no están que, en 64 años de historia, no han podido ver al equipo de su tierra labrada en la categoría de plata del fútbol español.
FICHA:
MIRANDÉS: Wilfred, Garmendia, César Caneda, Álvaro Corral, Raúl García, Jhony, Mikel Martins, Mújika (Iribas m.76), Candelas (Muneta m.64), Pablo y Alain (Lambarri m.57).
CD GUADALAJARA: Saizar, Antonio Moreno (Gerard Badía m.46), Jorge (Quesada m.73), David Fernández, Javi Barral, Javi Soria, Nico, Iván Moreno (Cerrudo m.60), Ernesto, Juanjo y Aníbal.
ÁRBITRO: Gil Coscolla (Colegio Valenciano). Amonestó con cartulina amarilla a los locales Raúl García, Jhony, Pablo y Lambarri, y por parte visitante a Iván Moreno, Aníbal, Juanjo, Antonio Moreno, Javi Soria, David Fernández y Nico. Expulsó con doble amarilla al visitante Juanjo en el minuto 94.
GOLES: Min. 14. Candelas. 1-1. Min. 72. Juanjo. 1-2. Min. 86. Ernesto, de penalti.
INCIDENCIAS: Campo de Fútbol Anduva
7.000 espectadores. Cerca de 500 aficionados de Guadalajara se desplazaron, aunque varios de ellos se quedaron fuera al no disponer de entrada.