El Deportivo se sobrepone a sí mismo

09/11/2014 - 16:27 Juanjo Ortega

El Deportivo Guadalajara se impuso este sábado al Trival Valderas, colista de la categoría, con doblete de Abel Molinero y Javi López. Los de Carlos Pérez Salvachúa volvieron a encadenar dos victorias, hecho que no acontecía desde la tercera jornada y ya suman 1.001 triunfos en su historia.

Esos son los datos puramente estadísticos de una contienda que, sin embargo, dio para muchas sensaciones y lecturas diversas. Porque sí, el Depor hizo los deberes y añadió tres puntos a la buchaca. Lo hizo con minutos de fútbol deslumbrante, instantes en los que los alcarreños subrayaron que su meta no es otra que regresar a la categoría de plata del fútbol español y por qué, no, por la vía rápida cómo líderes de grupo.

Pero no es menos cierto que apenas nueve minutos antes de que Molinero pusiera de nuevo en ventaja a los locales, la parroquia morada dedicó una pitada monumental a los suyos, temblorosa ante una manifiesta oportunidad para que Mancera, completamente sólo ante Kevin diera una de las campanadas de la temporada.

Fue el momento culmen de esa película de terror que todo el plantel morado, cuerpo técnico incluido se habían encargado de anunciar durante la semana. No les faltaba razón cuando advertían que la condición de colista del Trival podía ser engañosa.

Pero el engaño se prolongó durante 25 minutos. En ese arranque del choque, los deportivistas fueron dueños absolutos del balón. Más rápidos, más fuertes, más clarividentes. Las ocasiones se sucedían y el tanto parecía cuestión de tiempo. Y no de mucho porque superado el cuarto de hora el Depor convirtió un córner a favor del Trival en el 1-0. Kevin capturó seguro el saque de esquina y oteó el desmarque de Molinero. Éste prolongó con la testa hacia Toledo y el francés, generoso y ya en el área contraria, cedió para que el interior celebrase su regreso al once con un tanto.

En las gradas, el público se frotaba las manos y no por los primeros fríos, sino por el jolgorio de comprobar que las buenas sensaciones de Fuenlabrada no habían sido un espejismo.

Pero paulatina y paralelamente a cómo las nubes cubrían el sol, el dominio morado fue esfumándose. Con ello, el Trival Valderas fue acercándose al área defendida nuevamente por Kevin y en una de esas aproximaciones Joaquín, el mejor de los madrileños, batió con un disparo desde la frontal al espigado cancerbero balear.

El gol fue el prólogo de un guión inesperado. Porque con empate en el marcador fue el Trival quien generó peligro. Una y otra vez, los uy se sucedían, pero en el área local. Y la tónica se mantuvo durante la segunda mitad. Salvachúa movió el árbol dando carrete a Kevin Lacruz y Rida. El envite no alteró el pulso del encuentro. Un pulso que casi desapareció con esa clara ocasión de Mancera.

Sin embargo, los pitos parecieron ejercer de desfibrilador para los hombres de Salvachúa. Rozando la media hora, todo el eje ofensivo, desnortado desde aquel inicio arrollador, se alió para jugar al fútbol. En ese momento, el chut de Javi López se marchó alto, pero apenas cinco minutos más tarde, los extremos morados se aliaron para anotar el 2-1.

Casi de forma inmediata, Rida aturulló a un central dentro del área y Javi López, a la segunda, sentenció desde el punto de penalti. Los pitos se transformaron en aplausos y Salvachúa lo explicó todo minutos más tarde. A día de hoy, al Depor aún no le da para 90 minutos. Eso sí, cuando les de que se prepare el resto del Grupo II.